En todos los climas y partes del mundo podemos encontrar humedales.
Son considerados humedales todos los lagos, bosques pantanosos, llanuras que fueron inundadas de agua y se mantienen así por mucho tiempo, tienen una diversidad biológica muy grande y uno de sus fines es el de cumplir como purificador de la contaminación de los alrededores.
Estos tienen un valor ambiental por la biodiversidad, la flora y la fauna, además de la regulación climática.
Hasta hace algunos años la ignorancia sobre la importancia de estos ecosistemas hacía que se destruyeran para lotear y construir hoteles o casas, pasaran rutas por esos lugares entre otros emprendimientos. Este tipo de acciones a provocado un grave daño ambiental así como limitar la capacidad de regulación climática, y como fuente de agua potable y conservación de otros recursos naturales.
Estos ecosistemas deben ser preservados por cada país o región en la que se encuentra como una forma de colaborar en mantener el equilibrio ambiental a nivel global.
Los humedales bolivianos son la laguna Colorada en Potosí, el lago Titicaca en La Paz, la cuenca de Tajzara en Tarija, el Pantanal boliviano, los Bañados del Izozog y del río Parapetí, la laguna Concepción y el Palmar de las Islas - Salinas de San José en Santa Cruz, y los lagos Poopó y Uru Uru en Oruro.
Con el paso de los años y la constante intromisión humana en estos ecosistemas los humedales que se encuentran en mayor riesgo en el país son: el Lago Titicaca y el Pantanal.
El primero por la sobreexplotación de los peces nativos, la contaminación de las playas de Copacabana y Bahía Koana que reciben en aguas residuales en los ríos que derivan al lago con restos de materiales pesados producto de curtiembres y fábricas; y el segundo es el Pantanal que es considerado uno de los humedales más grandes del mundo, donde la amenaza es latente por la cacería furtiva con fines puramente comerciales y por la explotación de algunos minerales.
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