Las colinas de rocas volcánicas ofrecen un color jade particular al lago Turkana, en el norte de Kenia, un paisaje en el “fin del mundo” que se convertirá en el mayor parque eólico de África.
Un consorcio de empresas europeas y africanas se prepara a levantar 365 molinos eólicos en 165 kilómetros cuadrados de este paisaje lunar, habitado por algunas centenas de nómadas.
Nada lo muestra por ahora: las colinas siguen vírgenes de toda huella humana, con excepción de nueve mástiles que miden el viento que se filtra entre las montañas Kulal y Nyiro a una velocidad promedio de 11 metros por segundo, un sueño para cualquier ingeniero en energía eólica.
“La velocidad y la regularidad del viento en Turkana ofrecen condiciones óptimas, mejores que las de turbinas en el mar del Norte”, dijo Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
“Uno puede producir aquí energía eólica a un costo interesante, sin subvención”, al contrario de Europa, apuntó Carlo Van Wageningen, presidente del consorcio empresarial Lago Turkana Wind Power (LTWP).
LTWP firmó con la empresa pública Kenia Power un contrato de venta con un plazo de 20 años, a 7,52 centavos por kilovatio/ hora, mucho más barato que la energía hidroeléctrica mayoritariamente usada en el país, por su alto rendimiento.
Economía verde
Si el proyecto se concreta, se convertirá en una vitrina de la economía verde en el centro de la cumbre sobre el desarrollo sostenible Río+20, que tendrá lugar del 20 al 22 de junio en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil.
El proyecto nació de los problemas de un holandés que fue a acampar en Turkana, y cuya tienda de campaña era constantemente desmontada por el viento. El turista frustrado compartió sus experiencias con un compatriota especialista en energía eólica y con ello dio el puntapié inicial a siete años de estudios, negociaciones financieras y también contratiempos políticos.
El montaje financiero está definido, pero aún depende de las garantías de instituciones ligadas al Banco Mundial. Una vez que esas autorizaciones sean emitidas, posiblemente en agosto próximo, “estaremos listos para empezar”, dijo Wageningen.
Inicialmente será necesario construir 204 kilómetros de ruta para el paso de los camiones que harán unos 12.000 viajes para transportar el material desde el puerto de Mombasa, en el otro extremo del país.
Las turbinas serán montadas en un año y los primeros kilovatios serán entregados a fines de 2013. En plena operación, en principio a partir de 2014, el sitio “representará aproximadamente el 20% de la producción de electricidad” de Kenia, explicó Chris Staubo, director general adjunto de la LTWP. El costo de la iniciativa empresarial asciende a 730 millones de dólares.
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