Un centenar de jefes de Estado y de Gobierno se reunirán hoy en la cumbre de desarrollo sustentable de la ONU Río+20, que pocas horas antes de su inicio evitó un fracaso en su declaración final, marcada por el embate entre países ricos y en vías de desarrollo.
El documento “El futuro que queremos”, que aprobará la cumbre de Río de Janeiro, contiene “una nueva visión del multilateralismo”, como lo calificó el canciller de Brasil, Antonio Patriota, artífice de la negociación de última hora que salvó la cumbre.
Las principales ONG ambientalistas, como Greenpeace y WWF, calificaron como “patética” y “regresiva” y hasta de “fracaso colosal” la falta de metas objetivas que habrá en el documento, pues fueron mantenidos los principios de Eco 92 como mayor responsabilidad para las potencias, responsables mayores del deterioro ambiental, y se incorporó el de “economía verde”, un concepto que los europeos querían instalar.
La conferencia de desarrollo sustentable que se realiza a dos décadas de Río+20 se realiza en medio de un debate sobre la salud de la economía mundial, en virtud de la crisis en la Unión Europea y en Estados Unidos.
La presidenta Dilma Rousseff será la anfitriona del encuentro, en el que no participarán dirigentes de peso mundial como Barack Obama; el presidente ruso, Vladimir Putin, el primer ministro italiano, Mario Monti; el británico, David Cameron, además del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Rousseff les dirá a los países europeos que el desarrollo sustentable no es un impedimento para salir de la crisis, sino uno de sus mecanismos por medio de la inclusión social y políticas de crecimiento. Rousseff encontrará algo de eco en el principal europeo que participará de la cumbre, el presidente socialista francés, Francoise Hollande.
Según reveló el canciller Patriota, el texto presentado por Brasil después de cinco días de frustraciones “fue una batalla”. “El resultado es satisfactorio. La perspectiva era tener o no tener texto”, dijo Patriota, quien dijo que son “bienvenidas” las críticas de las ONG a la falta de metas.
El texto tendrá “una hoja de ruta” para que la ONU fortalezca el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, aunque no sea una agencia formal. Y también hace hincapié en un reclamo de los países emergentes en colocar la erradicación de la pobreza como el eje central del desarrollo sustentable y no apenas con foco meramente “naturalista”, según explicó.
Los europeos lograron incluir “por primera vez el concepto de economía verde”, dijo el ministro de Ambiente italiano, Corrado Clini. La “economía verde” fue gran parte del debate. El negociador brasileño André Correia de Lago dijo que los países del grupo G-77 más China estaban en contra de incluir ese concepto como una meta de la cita.
“Muchos interpretan economía verde como un modelo económico a seguir y esta crisis, por ejemplo, demuestra que hay modelos que están en cuestionamiento. Entonces se ha colocado a la economía verde como uno de los caminos, de las herramientas hacia el desarrollo sustentable”.
“Es una visión colonialista, la economía verde es el nuevo capitalismo verde”, se quejó la representante de Venezuela.
En ese marco, los gobernantes deberán refrendar el acuerdo negociado y llegar a Río de Janeiro que se convertirá en uno de los focos de la atención mundial, con 50.000 personas pensando en el futuro del planeta
No hay comentarios:
Publicar un comentario