• Los cambios climáticos provocarán pérdidas irreversibles en la ganadería, agricultura, piscicultura y vida silvestre.
La coordinadora del Departamento Climático y Servicios Ambientales de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), Natalia Calderón, dijo que de acuerdo a estudios realizados, el Lago Titicaca corre el riesgo de fragmentarse en tres partes hasta el 2030, lo que afectará el equilibrio ecológico y provocará pérdidas irreversibles en la ganadería, agricultura, piscicultura y vida silvestre.
Los escenarios científicos señalan que el Lago Titicaca será afectado por el cambio climático, con la reducción permanente del nivel de agua hasta quedar dividido en tres.
Los modelos científicos también advierten que dentro de dos décadas, la mayoría de los glaciares de la Cordillera Real habrán desaparecido, acentuando la creciente escasez de agua en La Paz y El Alto, el potencial productivo de las tierras bajas se reducirá por el incremento de la velocidad del viento, sequías e inundaciones, y la degradación de suelos.
Especialistas de la Fundación Amigos por la Naturaleza (FAN) mostraron, modelos científicos de simulación, para ver cómo las variaciones climáticas podrán afectar a la base productiva de Bolivia, a los ecosistemas y al bienestar de la sociedad; también se mostró lo que podría pasar con el efecto invernadero sobre el Lago Titicaca.
El especialista, Joerg Seifert-Granzin, presentó la necesidad de conciencia de los habitantes, instituciones y autoridades para enfrentar el cónclave internacional para exigir que los países grandes tomen acciones de reparación y mitigación del medio ambiente.
MODELOS DE SIMULACIÓN
Para el experto alemán, Joerg Seifert-Granzin, el caso de Bolivia reviste importancia dado los tipos de riesgos climáticos que se presentan, como ser la posible desaparición de glaciares en el altiplano, disminuyendo las fuentes de agua como ya se ha visto en las ciudades de La Paz y El Alto.
La pérdida de los glaciares implicaría grandes inversiones para reemplazar, mantener y abastecer de agua potable a una población de más de un millón de habitantes.
La oferta productiva de los valles se inviabilizará por efectos climáticos negativos. Las ciudades en el oriente boliviano sufrirán de constantes inundaciones y contaminación.
Esas fueron las conclusiones, que advierten de un catastrófico futuro inmediato, expresadas en el Foro “Cambio Climático: Efectos, Impactos, Oportunidades y Desafíos para Bolivia”, realizado este miércoles en La Paz.
“Gran parte de los daños causados a la salud del planeta ya no tienen remedio”, lamentó la directora Ejecutiva de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), Karin Columba, al indicar que la tarea urgente es para “lograr una estabilización de las condiciones mínimas climáticas que permitan la continuación de la vida bajo un escenario altamente impactado”.
“Está en nuestras manos, dijo, como sociedad, gobiernos y sector privado, cambiar nuestras prácticas de producción, consumo y vida para enfrentar y mitigar los efectos del cambio climático”, subrayó.
En cuanto al Lago Titicaca el efecto de El Niño ya está ocasionando la baja de su nivel, en semanas pasadas descendió hasta niveles de hace 40 años.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya había establecido tendencias de comportamiento climático para Sudamérica, como el descenso de la disponibilidad de agua, desaparición de glaciares, y de recursos hídricos entre 15 y 20 por ciento, pérdida del 30 por ciento de especies, desertización de tierras agrícolas y pérdida de producción, y la sabanización de la Amazonía, señaló Natalia Calderón.
“Esta tendencia ya la estamos advirtiendo actualmente en nuestro territorio y el problema podría tornarse crónico, lo que obliga a tomar acciones directas desde la familias, autoridades municipales, gobiernos nacionales y entidades privadas”, remarcó la Coordinadora del Departamento de Cambio Climático y Servicios Ambientales de la FAN.
El Foro de cambio climático fue organizado por la Fundación Amigos de la Naturaleza y el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), contó con el apoyo de la organización mundial de conservación WWF Bolivia.