Como resultado del cambio de estrategia de Bolivia, que ahora negocia en bloque junto al G77 y China, el término “Madre Tierra” ha sido aceptado como parte de la agenda de Río+20, que se está trabajando en las negociaciones previas de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sustentable, que se realiza en Río de Janeiro hasta el 22 de este mes.
René Orellana, jefe de la delegación boliviana, informó a Los Tiempos que ya se ha incluido el término en las legislaciones de algunos países, en cuanto a los derechos de la Madre Tierra, como es el caso de Bolivia.
Orellana ha dicho que dos temas son cruciales y han merecido especial preocupación los últimos tres días: economía verde y medios de implementación. El G77 y China (del que forma parte Bolivia) insiste que el tema de medios de implementación se enfoque al desarrollo sostenible y no a la economía verde.
El G77 y China comparte la intencionalidad común de no someterse a un modelo de economía que no está claro aún y que se discute duramente en la plenaria de Río+20.
Varios de los principios de la Convención de Río de 1992 están en riesgo, advierte Orellana, citando a la soberanía de los Estados sobre sus recursos naturales, la responsabilidad común pero diferenciada en las emisiones de gases de efecto invernadero y en la contaminación y la transferencia de tecnología y financiamiento para el desarrollo sostenible como compromiso de los países desarrollados. “Los países desarrollados dicen que estos principios pertenecen a otro momento histórico, y que hoy hay que sustituir la cooperación Norte-Sur con la de Sur-Sur, dicen que el financiamiento debe ser con presupuestos domésticos y Estados Unidos ha propuesto como fuente de financiamiento a la caridad privada, término que no aceptamos y que he denunciado como una propuesta soberbia e irrespetuosa”.
Orellana dice que se está promoviendo la privatización de la cooperación internacional, el desmantelamiento de estos mecanismos y la nacionalización de los recursos para el desarrollo que se traduce en sustituir los apoyos públicos por inversión privada, y que se pretende que la transferencia de tecnología sea de forma voluntaria y no dentro de lo acordado en la Convención de 1992.
Aunque el término de economía verde es polémico, Orellana dice que esta vez Bolivia no se “enguerrillará”en discutirlo siendo que fue aceptado en el plenario de las Naciones Unidas en diciembre de 2009 (con Bolivia representada por Pablo Solón) , pero si lo adecuará junto al G77 y China a las necesidades y conceptos de los países que forman este bloque, que han logrado diluirlo para que no sea la prioridad en la agenda como pretendían los países desarrollados. “Hemos aprendido la lección de Cancún y ya no vamos a negociar solos, el G77 y China lo conforman 132 países, es un bloque fuerte. De esta manera ha logrado aguar el término de economía verde y poner por encima al desarrollo sostenible. Nuestra estrategia es que Bolivia sola nunca más, aislada nunca más, el liderazgo se mide por la fuerza en hacer coaliciones”.
Se tiene previsto que las negociaciones previas a la llegada de los Jefes de Estado alcancen su nivel más álgido a partir de la siguiente semana. Aunque no se ha confirmado oficialmente su arribo, el nombre del presidente Evo Morales está incluído dentro de los mandatarios que hablarán en la plenaria el miércoles 20.
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