Las aguas del río Rocha no son aptas para regar los cultivos de alimentos porque están contaminadas a lo largo de todo su trayecto y su calidad varía entre mala y muy mala.
Ésta es una de las conclusiones de la auditoría realizada al río Rocha por la Gerencia de Evaluaciones Ambientales de la Contraloría General del Estado (CGE) y presentada ayer.
Otra conclusión de la auditoría señala que el empleo de estas aguas en la agricultura conlleva un riesgo de daños a los suelos (por salinización) y, sobre todo, a la salud pública porque existe el peligro de la transmisión de enfermedades intestinales y bacterias fecales, tanto para consumidores de los alimentos como para los agricultores.
El gerente de Evaluación de la CGE, Roberto Pérez, explicó que los resultados del índice de contaminación orgánica concluyen que el río Rocha se encuentra hoy más contaminado con respecto a 1998, a causa de las descargas de aguas residuales sin tratamiento o el inadecuado manejo y disposición de residuos sólidos.
Las industrias, según esta auditoría, incrementan la contaminación porque algunas no hacen el tratamiento respectivo antes de arrojar sus aguas residuales. La auditoría confirmó además que en las aguas del río Rocha existe la presencia de metales pesados.
INTERVENCIÓN Otra conclusión señala que las entidades públicas encargadas de implementar tareas de mitigación en el río Rocha no han realizado ninguna acción para descontaminar este curso de agua.
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