El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, busca recuperar el interés internacional en la cumbre Rio+20 que en dos semanas reunirá a líderes de más de 100 países en Brasil, que según él, debe evitar al mundo un "trágico" final.
La Conferencia de Desarrollo Sostenible en Rio de Janeiro enfrenta el enorme reto de transformar las políticas medioambientales, sociales y económicas para adaptarlas a una población mundial que ya supera los 7.000 millones de habitantes con recursos cada vez más escasos y ciudades al límite de sus capacidades.
Ban y grupos especializados han acusado a los gobiernos de anteponer los intereses nacionales al bien común, en medio de agonizantes negociaciones antes de la cumbre Rio+20 que conmemorará el 20 aniversario del primer encuentro realizado en la misma ciudad.
Los países ricos se han visto afectados por la crisis económica y ahora quieren medidas de austeridad. Las naciones pobres se quejan de que todavía no han recibido la financiación y la tecnología prometida para combatir el cambio climático, la pobreza y las epidemias.
Con las anunciadas ausencias del presidente de Estados Unidos Barack Obama, del primer ministro británico David Cameron y de la canciller alemana Angela Merkel, Ban está ahora presionando para que los líderes concreten un plan de acción común.
"Ahora tenemos que tener una visión correcta de adonde nos dirigimos. Si vamos hacia la prosperidad mutua, prosperidad común, o hacia consecuencias muy negativas y trágicas para la humanidad", señaló el máximo dirigente de la ONU el lunes desde Arabia Saudita.
"Las negociaciones han sido dolorosamente lentas", aseguró en un encuentro reciente con periodistas. "Este planeta tiene límites y tenemos que hacer algo para las futuras generaciones", añadió, enumerando las inundaciones, sequías, escasez de alimentos y la frenética explotación de minerales que arruinan varias partes del mundo.
El jefe de la ONU quiere que los gobiernos sean más flexibles. "Deben anteponerse a los intereses nacionales o a los intereses de grupos", afirmó. Rio+20 abordará todos los problemas sociales y medioambientales que afectan a la Tierra, desde seguridad alimentaria, ciudades, océanos y cambio climático.
Pero países ricos y pobres han demostrado sus diferencias en cómo definir el concepto de economía verde y para establecer un plan de desarrollo.
La cumbre pretende establecer las nuevas Metas para el Desarrollo Sustentable que deben convertirse en el octavo Objetivo del Milenio. Por el momento, no existe un acuerdo sobre cuantas metas deben ser establecidas, ni cuáles deben ser.
Los 193 países miembro de la ONU han propuesto 26 áreas temáticas que deberían servir como eje para establecer las metas, según Ban. Algunos países han llamado a fortalecer el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), para convertirlo en una súper agencia.
Otros países quieren un Consejo de Desarrollo Sostenible con el mismo estatuto que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para acusar y denunciar. "Todo parece indicar que los gobiernos se disponen a convalidar más de lo mismo. Por lo que sabemos de los científicos y la sociedad civil precisamos un drástico cambio de rumbo. Y ese es el gran vacío que enfrentamos", afirmó Antonio Hill, representante de la organización humanitaria Oxfam a la cumbre.
Jeffrey Huffines, representante ante la ONU de la Alianza mundial para la participación ciudadana (Civicus), destacó que perduran "grandes diferencias" al subrayar la "falta de confianza" entre países ricos y pobres, y la ausencia en la cita de algunos líderes como Obama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario