En la víspera LA PATRIA hizo dos viajes al lago, el primero por el sector de Quitaya, distante a unos cinco kilómetros al Sur de la Capital del Folklore de Bolivia. Antes de llegar al lago está la capilla de Santiago de Quitaya, luego un terreno verdusco donde predominan algunas parihuanas muertas, basura regada por muchos sectores.
Debido a la humedad del terreno, el vehículo solo ingresó un par de kilómetros después de la capilla. Luego el recorrido se hizo a pie, se notó mayor concentración de agua y lodo, lo que llamó la atención fue que al pisar el agua se tornaba oscura, como de alcantarilla y el olor que salía era nauseabundo como el de aguas negras. Metros más hacia la orilla el paisaje cambiaba, ya no había el lodo negro y oloroso.
Alzando la vista se encuentra con un paisaje maravilloso integrado por centenares de parihuanas y patos silvestres, totora y agua aún apta para el consumo y subsistencia de estas especies.
Salir del lugar fue complicado por la cantidad de lodo. Luego de pasar nuevamente por Quitaya se observan una infinidad de construcciones que se edificaron tras los avasallamientos que se registraron en la ciudad desde el 2006 y obviamente basura.
VITO
El recorrido continuó hacia el sector Sudoeste por la avenida de Circunvalación y avenida Dehene, para tomar la carretera a Pisiga. En el sector del Puente Español se hizo un desvío hacia el Este, para seguir por un camino de tierra.
En la parte Sur se observa como en Quitaya, parihuanas que comparten el agua con una variedad de patos silvestres, con la diferencia de observar vacas que comían las totoras del lugar. Todas las especies compartían el paisaje, incluido intrusas libélulas conocidas también como "cortapelos" que están en la época de apareamiento.
Allí existe una corriente de agua que se dirige al Sudeste para alimentar el lago Uru Uru, pero en su cauce hay plásticos y basura.
Continuando por el camino de tierra hacia Vito, se tiene un panorama dramático por la existencia de basura en muchos de los sectores, además de una montaña de escombros como si fuese una especie de "cordillera".
Al estar a la orilla del lago, se botó una piedra y de repente surgió de la profundidad agua negra con un olor nauseabundo que mareó el ambiente y luego unas burbujas aparecieron como si se trataría de ácido que hacía contacto con el agua.
Ese es el panorama que se advirtió ayer en el lago Uru Uru, donde existe una gran contaminación y pone en riesgo la vida de las especies de otro de los lagos importantes del departamento de Oruro.
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