Los países en desarrollo volvieron a la carga ayer para pedir a los ricos financiamiento y tecnología para enfrentarse al desafío del cambio climático, durante la conferencia de París (COP21) que sigue su ritmo negociador a paso lento, con un nuevo borrador sin grandes avances.
Los países pobres, en particular los más afectados por el impacto del calentamiento del planeta, quieren que los ricos asuman su responsabilidad histórica en el calentamiento del planeta. “Las finanzas harán triunfar o naufragar (este acuerdo)”, advirtió en rueda de prensa la representante del grupo de 134 países en vías de desarrollo (G77), la embajadora sudafricana, Nozipho Mxakato-Diseko.
El mundo debe limitar el aumento de la temperatura media a un máximo de 2ºC, manifiestan los científicos.
Para lograr ese objetivo, los expertos recomiendan iniciar una transición energética hacia una economía sin combustibles fósiles, idealmente en 2050, y luchar contra la deforestación, la segunda mayor causa del calentamiento del planeta por detrás del transporte y la industria.
A los negociadores les cuesta ceder en lo principal, y los nervios volvieron a aparecer en la última asamblea general del día, con los representantes de los 195 países.
“El mensaje que estamos recibiendo de los países en vías de desarrollo en lo que respecta a la financiación para adaptarse (al cambio climático) es que no hay nada”, protestó un delegado boliviano, Juan Hoffmaister.
“No tengo palabras”, añadió.
“Deberíamos abandonar el juego de echarse la culpa. Necesitamos un cambio en el proceso”, reaccionó el jefe negociador europeo, Jos Delbeke.
Tras tres días de reuniones, los presidentes de la negociación publicaron un nuevo texto de 50 páginas, en lugar de 54.
Pero el número de corchetes, con textos alternativos, aumentó de 1.250 a 1.400, según cálculos de una ONG, la Fundación francesa Nicolas Hulot.
Los negociadores deben entregar en principio su último borrador al canciller francés, Laurent Fabius, el sábado a media jornada. Los ministros deben retomar el testigo a partir del lunes, hasta el viernes 11, cuando en principio debe terminar esta COP21 que quiere ser histórica.
El acuerdo de París sería el primero de carácter universal, que involucre a todos los países, por eso debe ser adoptado unánimemente. Sin embargo, no está claro si será legalmente vinculante.
A propuesta del G77, junto a Guatemala, la manera de trabajar cambió a partir de este jueves.
Hay menos reuniones de pequeños grupos de trabajo sobre partes del texto y más intervenciones en asamblea plenaria, para que los países puedan intercambiar directamente propuestas de un lado a otro, que ayuden a desbloquear los puntos más difíciles.
INSISTEN EN UN ACUERDO VINCULANTE
La Unión Europea (UE), China o EEUU, entre otras, reclaman un pacto de lucha contra el cambio climático “legalmente vinculante”, aunque tiene un sentido distinto para cada uno de ellos.
Las delegaciones de los 195 países que participan en la cumbre sobre el cambio climático (COP21) centran sus intensas negociaciones en el carácter legal del acuerdo, entre otros temas, y según, diversas fuentes, se busca una fórmula cercana a lo que persigue Estados Unidos. Las fuentes también apuntaron a que esa expresión tiene un sentido distinto para cada una de las partes.
La UE y sus representantes públicos, incluido el comisario de Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, han reiterado que quieren que el acuerdo y los 185 compromisos nacionales de reducción de emisiones presentados para el mismo sean jurídicamente vinculantes internacionalmente o quedarán en papel mojado.
AL GORE
“Espero que no habrá dudas”
Le Bourget | Afp
Cambiar los modos de producción y de transporte será indispensable para evitar nuevas catástrofes climáticas, estimó ayer el exvicepresidente estadounidense Al Gore durante la conferencia del clima de París (COP21).
“¿Debemos cambiar realmente nuestros sistemas de producción de energía, de transporte, nuestra agricultura y nuestros bosques, y pasar a un sistema bajo en carbono?”, se preguntó en un discurso pronunciado en Le Bourget, cerca de París.
“La respuesta es ‘sí’. Y proviene de la propia naturaleza”, añadió Al Gore, galardonado en 2007 con el premio Nobel de la Paz junto al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
“El telediario, cada noche, es como una especie de caminata en la naturaleza a través del Libro de las Revelaciones” (el último libro del Nuevo Testamento, más conocido como el Apocalipsis de San Juan), añadió citando la multiplicación de fenómenos climáticos extremos (huracanes, sequías, inundaciones...).
La comunidad científica es partidaria ahora, “virtualmente de manera unánime”, de reconocer el impacto de las actividades humanas en el clima, cuyas pruebas son “tan claras como las de la gravedad”, añadió el también guionista de “Una verdad incómoda” sobre las consecuencias del calentamiento.
“Espero que no habrá dudas en que conseguiremos resolver la crisis climática” en esta ocasión, declaró Al Gore, durante una conferencia de prensa posterior.
BANCOS SE UNEN CONTRA EMISIONES
Los ocho principales bancos multilaterales de desarrollo (BMD) emitieron ayer una declaración conjunta en la que se comprometieron a acelerar sus esfuerzos para mitigar las emisiones del sector transporte y reconocieron la necesidad de tomar más medidas para la adaptación del transporte al cambio climático. El sector representa cerca del 60% del consumo mundial de petróleo, el 27% del uso total de energía y el 23% de las emisiones de CO2 en todo el mundo.
En su declaración, el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de Desarrollo, CAF –banco de desarrollo de América Latina–, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones, Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Islámico de Desarrollo y el Banco Mundial se comprometieron a aumentar sustancialmente el financiamiento para la mitigación y adaptación al cambio climático en los próximos años. Se espera que el transporte juegue un papel clave en ese compromiso.
Los BMD aumentarán su enfoque en soluciones para transporte de bajas emisiones de carbono y continuarán armonizando herramientas y métricas para evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte.
Además, desarrollarán conjuntamente un enfoque sistemático para incorporar la adaptación al cambio climático en las políticas, planes e inversiones en transporte.
“Nosotros, los bancos multilaterales de desarrollo, creemos que el cambio climático es un desafío que define nuestro tiempo. Las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y estabilizar el calentamiento a 2°C no serán suficientes si no incluyen al sector del transporte.
Nos comprometemos a apoyar a los países en la implementación de soluciones de transporte sostenible mediante el apoyo financiero y técnico necesario para responder a las crecientes aspiraciones de una mayor movilidad y conectividad, de manera sostenible y resiliente”, afirmó Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
Enrique García, presidente ejecutivo de CAF -banco de desarrollo de América Latina, señaló al respecto que:
“El transporte sostenible tiene un rol fundamental en la agenda mundial de cambio climático. Frente a este escenario, el compromiso de América Latina se vuelve cada vez más necesario dado el alto nivel de motorización en las ciudades.
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