El lago Poopó, históricamente ha sido el recurso pesquero más importante de Bolivia, pues en la década de los 80 y 90 del siglo pasado, se estimaba que su producción pesquera llegaba a 2.500 a 3.600 toneladas métricas de pescado por año y según una reciente publicación del periódico La Razón, el dato más actual que se tiene es que en periodos recientes la producción llegó a 250 toneladas anuales.
Ahora este patrimonio orureño, está convertido prácticamente en un desierto, pues sus aguas desaparecieron, por causas todavía no determinadas, aunque surgen especulaciones respecto a que sería consecuencia de la actividad minera, el cambio climático, desvío del río Desaguadero y quizá existan otros argumentos, que a pesar de quedar determinados, no remediarán en nada el daño ambiental en el ecosistema andino.
Hace 13 años, la producción pesquera del lago Poopó llegó a 543 toneladas, algo más del doble que las cifras recientes. Conforme se marcaba la reducida producción, también disminuía el tamaño de los peces, lo que a la vez reguló la veda de la pesca.
Estos datos están incluidos en una de las publicaciones que hace 22 años ya advertía de los riesgos de degradación del lago y fue escrita por Víctor Zabaleta y Michael Bremer: "La Degradación Ambiental de los Recursos Pesqueros del Lago Poopó", donde también se indica que la inestabilidad en la pesca, por entonces ya se debía al estado precario del volumen de agua.
MINERÍA
Otro estudio realizado en 1981 por los investigadores Forstner y Wittmann, revela que ya entonces, más de 120 minas que explotan plomo, estaño y oro desembocaban sus desechos directamente al lago Poopó y además la cuenca cerrada del lago evita el escape de los agentes contaminantes.
En dicha investigación se hizo conocer que los metales disueltos en el lago Poopó, son: plomo, cobre, plata, cadmio, cobalto, níquel, cromo, estaño, hierro, manganeso, antimonio y zinc. Sólo en el caso del plomo el nivel de concentración llegaba 300 a 3.550 veces más que en el promedio de lagos mundiales. El lugar de mayor concentración era la zona Norte del lago, una región con varias minas cuyos desechos desembocaban en las aguas de esta fuente.
Además de los contenidos minerales, se menciona que la salinidad y la sequía en la región son factores relacionados entre sí y el lago contenía sales disueltas como el cloro-sulfatados-sódica, también en valores cuestionables, lo que tendía a subir con la baja del volumen del agua.
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