En un poblado de Marruecos, una familia deja atrás sus tierras en búsqueda de agua y en la isla Tuvalu, en el Pacífico, otra debe decidir si seguir en el lugar amenazado por el hundimiento del terreno. Quizás nunca se conozcan, pero sufren por lo mismo: el cambio climático.
La Razón conversó con seis participantes de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra que se realizó en Tiquipaya del lunes 19 al jueves 22 y conoció cómo el fenómeno está afectando a sus países y a la vida diaria.
Se dialogó con el marroquí Kaleb Amir, con el neozelandés de la tribu Mauri Sandy Conflet, con el iraní Sayyed Alí Musavy, con la africana radicada en Estados Unidos, Kari Fulton, con el colombiano de la comunidad Massa, Ángel Buenaventura y con la boliviana descendiente de indios, Lina Maduri.
La naturaleza muestra los efectos de la variación del clima con veranos más cálidos y largos, con ríos que desaparecen y con agua dulce que poco a poco se va salinizando.
Con tierras secas, con una cada vez menor capacidad agrícola y sin alimentos las poblaciones se ven obligadas a la migración.
Migrantes. El desplazamiento humano a causa del calentamiento global es uno de los grandes problemas, coinciden los entrevistados.
La migración acarrea no sólo el hecho de abandonar casas, tierras, amistades y entorno; sino también, enfrentarse a nuevas culturas que, en algunos casos, pueden hacer desaparecer la propia.
Un informe de la ONU del año pasado, calcula que para el año 2015, el 47 por ciento de la población mundial vivirá en zonas áridas y semiáridas, y que el 2030, entre 24 y 700 millones de personas huirán de las consecuencias de la escasez del agua y de saneamiento básico.
La situación preocupa. Por eso la conferencia de Tiquipaya dedicó una de sus mesas a tratar el tema.
En la cumbre se informó que existen cerca de 200 millones de personas consideradas “migrantes climáticas”, es decir, que se han visto en la necesidad de abandonar su lugar de origen debido a los problemas causados por el calentamiento global.
Se concluyó que los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre estas personas, acogiéndolas en su territorio y reconociendo sus derechos, a partir de convenios internacionales que contemplen la nueva definición de migrante climático.
“En Tuvalu, el agua se ha salinizado y casi no hay agua dulce”
Sandy Conflet
Neozelandés, representante de la tribu indígena Mauri
En Nueva Zelanda, ahora el impacto no es tan grave, aunque los veranos se están presentando más secos y más largos y nuestros inviernos se destacan por estar más húmedos. Además, no tenemos más lluvia y están apareciendo una variedad de cultivos que antes no teníamos, por ejemplo plantaciones de plátanos. Sin embargo, la situación es diferente para nuestros vecinos de las islas del Pacífico que tuvieron impactos muy fuertes a causa del cambio climático. Por ejemplo, en las islas Tuvalu y en la Kiribiti, la gente está siendo afectada porque el agua potable se ha salinizado y casi toda el agua dulce está desapareciendo. Además, el problema es que la isla Tuvalu se está hundiendo y esto está amenazando la vida debido a que las mareas altas están inundando casas, caminos y casi toda la infraestructura. Si seguimos así y la Organización de las Naciones Unidas no nos apoya, a estas islas les quedarán menos de 20 años de vida porque corren el serio riesgo de desaparecer. El Gobierno de los Estados Unidos y la Comunidad Europea han dicho que pueden ayudar a la gente a trasladarse a otra isla, sin tomar en cuenta que estas zonas es su hogar, su cultura, su lengua, su tierra, sus antepasados. La gente no quiere trasladarse. En Nueva Zelanda, por efecto del cambio climático, están desapareciendo algunas especies de flora y fauna. Una de las causas se debe a que se ha expandido una especie extranjera de árboles que afectó el hábitat de mi tierra. Por esto hay algunas aves que tienden a desaparecer, como el kiwi.
“Las culturas originarias están en un proceso de desaparición“
Sayyed Musavi
Representante del movimiento de jóvenes iraníes
En mi país, a causa del cambio climático, se secaron muchas tierras que eran de buena calidad y se inundaron otros lugares. Por eso, la gente se está trasladando a las ciudades para sobrevivir y esto significa que están muriendo las culturas originarias y están predominando las culturas occidentales. Yo he podido hacer un recorrido por las otras ciudades y poblados de mi país y pude verificar cómo los jardines se secaron. He visto cómo la tierra productiva ya es árida y los lagos fueron desapareciendo, lo que trajo además que los peces empezaran a morir. Esto también contribuyó a la desaparición de varias tribus que se unieron a otras o simplemente ya no están más. En cuanto a la flora, puedo decir que a pesar que en el mundo somos conocidos como países que tiene un área extensa de arena (debido al desierto), también hay regiones de donde nos aprovisionamos de los alimentos; sin embargo, mucha tierra productiva está desapareciendo y debemos comprar las verduras y frutas de otros países que también se ven afectados por el cambio climático. Las tribus nómadas de mi tierra sienten también este efecto invernadero y el cambio climático pues necesitan de más recursos para aprovisionarse de comida y prefieren establecerse en las ciudades. Por eso digo que las culturas también están en ese proceso de desaparición a causa del cambio climático. Aquí llevo ahora la ropa espiritual de Shia, que es parte del islam y el turbante en la cabeza significa que nosotros siempre estamos listos para morir.
“En la India se respeta a la Pachamama, la tierra es una deidad”
Lina Maduri
Boliviana descendiente de indios.
Debido al cambio climático han sucedido cosas muy severas en el medio ambiente y que golpea a la gente. Por ejemplo, recién pasó un tornado que afectó a todas las viviendas (de un poblado de la India). En la India se respeta a la Pachamama y se cree que la madre tierra es una deidad. Al ser sagrada, nuestros pueblos, nuestra gente, la cuida con devoción y por eso las personas se sienten tan mal al ver que la tierra se está malogrando a causa del calentamiento global.
El aumento de temperatura ha afectado al río Ganges, que era inmenso en tiempos pasados y proveía de agua a muchas familias; sin embargo, ahora con el calentamiento se ha reducido de gran manera y hasta existe el riesgo de que puede desaparecer. Esto se empeora porque se ha perforado la tierra para instalar represas que están llevándose el agua. Todo esto acarreará muchos problemas en un futuro si no cuidamos y preservamos nuestra Pachamama. Además, lo peor de todo es la hambruna. La gente que vive de la agricultura tiene menos espacio para sembrar porque la sequía está erosionando la tierra. La situación empeora por la acción de algunas empresas transnacionales. Por ejemplo, la Coca-Cola que se está comprando todas las aguas de nuestra región y esto hace que la mayoría de las familias no tenga provisión y muchas personas estén viviendo en malas condiciones, sin ni siquiera tener la suficiente agua ni alimentos para proveer a los niños.
“Hay un mayor desplazamiento de campesinos a las ciudades”
Ángel Buenaventura
Colombiano, de la comunidad Massa
En mi tierra, Colombia, el cambio climático ha derivado en que los veranos sean más húmedos, lo que ha acarreado además más lluvia, desborde de ríos y un aumento en las inundaciones por toda la región. Esta situación ha afectado a la población y derivado en un mayor desplazamiento de los campesinos hacia las ciudades. Se van porque buscan mejorar su vida. Esto ha impulsado la tendencia de que las tribus originarias abandonen sus tierras. Por ello estoy aquí, en la conferencia de Cochabamba, ya que la comunidad de Massa (en la cordillera colombiana) , que es de donde yo provengo, está sufriendo por el aumento de temperaturas a causa del efecto invernadero. En Colombia, la temperatura también está aumentando casi en dos grados centígrados. Es decir, hay un cambio constante en el clima y sin duda la agricultura y ganadería son las más perjudicadas. Todo esto ha perjudicado a la naturaleza y ha derivado en una pérdida de fauna y flora en nuestro país. Creemos que con el tiempo quizás no llegue a quedar nada. Pero no sólo nos daña a nosotros. En estos tiempos vemos que el cambio climático está afectando muchos sectores de todo el mundo. Da pena ver cómo la gente está perdiendo sus cosechas y el agua cada vez se hace más poca. Por eso, creo que es necesario concientizar a la gente a nivel mundial. No sabemos si esto tenga solución, pero creemos que esta cumbre en Cochabamba debe impulsar el cambio. En todo caso, esperamos que las cosas cambien.
El cambio climático
El desarrollo industrial está hermanado con la emisión de dióxido de carbono y otros gases nocivos para el medio ambiente. Esto ha derivado en un aumento paulatino de la temperatura global, conocido como efecto invernadero. Un estudio británico del 2006, conocido como el informe Stern, advirtió que el aumento de temperatura podría ser de hasta dos grados centígrados y que esta situación podría representar pérdidas de hasta el 20% del PIB mundial.
El deshielo avanza
La pérdida anual de importantes masas de hielo en los glaciares de las montañas altas es causada por la elevación de la temperatura global, una de las consecuencias del llamado cambio climático. Además, el incremento acarrea más caudal de los ríos en época de lluvias y menos agua en temporada seca (época de estiaje). En Bolivia, de 1987 al 2004 en promedio el grado de deshielo de los glaciares llega a 25%, según datos oficiales.
La comida escasea
El cambio climático seca ríos y glaciares, lo que deja sin suministro de agua a los cultivos. El fenómeno amenaza con hacer disparar el hambre en el mundo. África será el continente más afectado, según informes científicos citados por El País. Se estima que la tierra disponible para plantar trigo prácticamente desaparecerá en el África subsahariana y la capacidad de producción global de cereales será el 2080 el 15% más baja que en la actualidad.
Cumbre y protestas
En diciembre, Copenhague fue sede de la cumbre mundial sobre el cambio climático. Estados Unidos, Brasil, India, Sudáfrica y China suscribieron un pacto que fue considerado insuficiente por el resto de los 193 países participantes. Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Costa Rica y el archipiélago de Tuvalu rechazaron este acuerdo en la última sesión plenaria. Las organizaciones ambientalistas, como Greenpeace, realizaron una serie de protestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario