Poco más del 60% de las áreas deforestadas en la Amazonía de Brasil están destinadas a pasto para ganado, y un 5% a la agricultura, revela un estudio de los gubernamentales Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) y de la Agencia agropecuaria Embrapa.
Las imágenes de satélite analizadas por esos institutos del gobierno muestran que, de los 719.000 km2 deforestados hasta 2008, el 62% se destinó a pasto, 5% a agricultura, y 21% pasan por un proceso natural de recuperación de la vegetación, pues son tierras que fueron abandonadas.
El estudio confirma lo que la mayoría de organizaciones especializadas y el propio gobierno denunciaban: que la pecuaria es el principal inductor de la deforesación de la Amazonía. Lo peor, es que el aprovechamiento es de apenas una vaca por hectárea, es decir, el área equivalente a un campo de fútbol
"Tener menos de una cabeza de ganado por hectárea es inaceptable. Es un desperdicio, porque se está sustituyendo bosque por algo que no genera renta ni crecimiento al país", reaccionó la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, en declaraciones divulgadas por la prensa el sábado.
Brasil, que ocupa la mayor parte de la Amazonía -el más grande bosque tropical del planeta- se ha comprometido a reducir la deforestación en 80% hasta 2020. En los últimos años consiguió fuertes reducciones del ritmo de deforestación, pero datos preliminares indican que en los últimos 12 meses esta volvió a aumentar 15%.
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