Trituradoras de El Alto compran objetos de aluminio, papel, cartón y botellas de plástico.
La basura que todas las familias y personas echan a las calles y puntos de acopio es fuente de ingresos para otras personas.
A medida que pasa el tiempo, crece la competencia entre estas personas, que hasta hace algún tiempo podía recoger hasta cuatro toneladas mensuales de basura reciclable, ahora obtiene menos con mayor esfuerzo.
Clementina Siñani, quien tiene un centro de acopio en la avenida Tejada Sorzano, dijo que actualmente sólo obtiene una tonelada por año. Con lo que gana con este trabajo pueden alimentarse las dos personas que componen su familia y cubrir otros gastos mínimos.
“Todos se dedican a este trabajo”. Cuando Clementina Siñani mira la montaña de basura reciclable que venderá a una trituradora de El Alto, asegura que ahora hay mucha competencia después de que en otro tiempo, con el producto de esta misma labor, pudo concluir la construcción de su casa.
“Hace 20 años que me dedico a este oficio, con el dinero que obtuve he criado a todos mis hijos, y ya son independientes. Ahora que estoy vieja, ya nadie quiere darme trabajo, porque antes sólo me dedicaba a vender botellas, pero ahora tengo que lavar ropa y también planchar”.
Sólo de esa manera, afirma, puede sobrevivir.
“Antes era colchonero”. Sergio Bautista administra desde hace ocho años un local de reciclaje en el centro de La Paz. Recordó que fue colchonero antes de ser reciclador.
“Este trabajo es más liviano, antes tenía que levantar enormes bolsas de lana para confeccionar mis colchones. Aquí, aunque ya no gane como en un principio, pero por lo menos tengo un trabajo seguro porque toda mi basura me la compra el dueño de la trituradora de El Alto. Esa fábrica paga el transporte de la carga, me da la comida completa de todo el día, y mi sueldo de 1.200 bolivianos al mes es sagrado”.
Bautista se siente feliz con su trabajo. Dice que “siempre hay días interesantes y de suerte. Un día, encontré una bolsa llena de monedas de cinco bolivianos, en otra oportunidad, hallé entrepapelados varios billetes de cien y hasta cartas de amor que nunca se entregaron”.
Papel DE TODO TIPO, TAMAÑO Y COLOR. En la calle Federico Zuazo, quien recicla, acomoda, limpia y descarta todo tipo de papel es Carlos Choque. “Según la limpieza, el tamaño, el color y la calidad de los papeles, el costo sube o disminuye. Mientras más limpios los traigan, es más alto el precio. Envío por toneladas todo el material a Cochabamba”.
Es similar el panorama de la gente que vive de la basura en la ciudad de El Alto, donde los puestos de venta de basura se instalan en las ferias diarias.
1 tonelada de botellas plásticas recauda mensualmente un reciclador de la calle.
El cliente de un supermercado PUEDE convERTIR la basura en alIMENTOS. En el supermercado Ketal, la población intercambia basura inorgánica, botellas, objetos de aluminio, cartón, vidrio y latas.
ECOVALES. La cantidad de desechos se pesa por equivalente en bolivianos. Cuando los desperdicios acumulados pesan 10 bolivianos, se puede escoger alimentos que cuestan esa cantidad.
“Convierte los residuos sólidos en lo que más se te antoje” se llama esta iniciativa de la Alcaldía de La Paz.
Para los clientes que viven en Sopocachi, los encargados de los ecovales recogen desde su casas todos los residuos.
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