domingo, 20 de diciembre de 2015

La contaminación minera y el cambio climático asfixian al lago Uru Uru

Martín Calisaya es vecino de Vito, una población a orillas del lago Uru Uru, a 4 kilómetros al sur de la ciudad de Cochabamba. Cría vacas, toros y cerdos cerca del lago para asegurar alimento para sus animales y sacar el mejor provecho al lecho acuífero que, en los últimos 20 años, mermó su profundidad de 7 metros a solo 30 centímetros.

Junto a Calisaya, los pobladores del lugar buscan la forma de evitar que al lago Uru Uru le pase lo mismo que al Poopó que, de ser el segundo lago más grande de Bolivia, hoy está seco.

“Estamos preocupados por la suerte del lago que, al igual que el Poopó, se convertirá en un desierto”, presagió el presidente de la Junta de Vecinos de la comunidad de Vito, Roberto Ayala.

El lago Uru Uru es un acuífero natural que se extiende a lo largo de las poblaciones de Challacollo, Machacamarca y Rancho Grande.

“Las aguas se están secando”, afirmó Calisaya y acusó como causante del desastre ambiental a la febril explotación minera de las empresas San José, Inti Raymi e Itos, que extraen estaño, zinc y oro.

El problema de la contaminación del lago empezó hace décadas.

MANCHA URBANA La ciudad de Oruro expandió los asentamientos humanos en los últimos 50 años. Muy cerca de la orilla del lago Uru Uru se encuentra el centro industrial minero, los asentamientos humanos y el comercio informal.

El humedal atraviesa en la actualidad una situación crítica porque la disponibilidad hídrica se acaba.

La acelerada evaporación de las aguas, la poca lluvia y los bajos caudales que alimentan al lago, durante el año, no permiten un aumento del volumen de agua indispensable para mantener su vida biológica. Tampoco se puede preservar en niveles tolerables la salinidad del agua del lago, explicó Ayala.

Debido a esos factores, aparentemente, no será posible preservar los recursos hidrobiológicos, alertó el dirigente, quien además tiene la profesión de ingeniero ambiental.

El lago necesita para mantenerse vivo entre 3.3 a 4 mililitros cúbicos por segundo de lluvias. Solo así se desarrollará la flora y la fauna acuáticas, precisó el profesional.

Anunció que los pobladores exigirán a las autoridades acciones directas para reparar el daño ambiental que sufre el lago.

La ciudad de Oruro cuenta con 264.683 habitantes, según el Censo 2012, y carece de una cobertura óptima de los servicios de alcantarillado. La población echa las aguas residuales a la laguna, lo que suma problemas de contaminación.

Debido a esta situación, el proceso de degradación ambiental del lago creció de forma alarmante, alertó Ayala.

AUXILIO El lago Uru Uru “está gritando auxilio hace décadas, pero nadie hace caso. Las autoridades solo prometen, pero la realidad es que no les importa lo que vaya a pasar”, elevó queja Calisaya.

Hizo un llamado para que las autoridades intervengan de inmediato el lago Uru Uru, con el fin de salvar lo que aún queda.

Apuntes

Desborde

El lago está formado por el desborde del río Desaguadero, en la desembocadura del lago Poopó, sobre la extensa planicie sedimentada denominada Santo Tomás.

Esta formación acuífera data del año 1962.

Cuenca

El río Desaguadero conecta el lago Titicaca y el lago Poopó. Este último, por efectos de la falta de lluvia, el cambio climático y la contaminación ambiental, terminó secándose el 16 de diciembre de 2015.

Extensión

El lago posee una longitud de 21 km. y un ancho de 16 km.

El espejo de agua cubre una superficie de aproximadamente 214 km² y está a una altura de 3.686 metros sobre el nivel del mar.

Turismo

El lago es un gran atractivo turístico para la navegación y la pesca, ya que contiene gran cantidad de especies como el pejerrey y el karachi y otros. La Alcaldía de la ciudad de Oruro incluso edifica en la zona un moderno parque acuático.

La pesca languidece en la zona y hay gente enferma

El pejerrey y el karachi, dos especies nativas del lago Uru Uru, desaparecen por efectos de la contaminación minera, los desechos residuales de la ciudad de Oruro y el cambio climático.

La situación llegó a tal extremo que las siete cooperativas de pesca que aún existen en la zona están a punto de colgar los remos y anclar los botes en tierra, porque los peces desaparecen de a poco, reveló Martín Calisaya.

“Nuestros peces se acaban y las aves, que sobrevolaban el lago para alimentarse, mueren o migran a otro lado”, denunció el vecino de la población de Vito, la comunidad ubicada a orillas del lago Uru Uru, a pocos kilómetros de la ciudad de Oruro.

Calisaya, rodeado de vetustos botes de pesca, indica que comenzaron a apilarse hace poco más de un año.

“Ya no sirven”, aseguró indicando las precarias canoas.

“La contaminación de lago no solo está extinguiendo a los peces, sino que hace imposible la duración de un bote, porque los metales pesados que tiene el lago, sumados a los elevados niveles de sal que tiene el agua, corroen el metal”, puso al descubierto Calisaya.

Los botes tenían una vida útil de aproximadamente tres años, pero ahora, por efectos de la contaminación del lago, no duran un año, acotó el campesino.

ENFERMOS La situación es muy delicada en Vito, porque la contaminación del lago generó enfermedades y lo más común es padecer del estómago, dijo Calisaya.

“Los niños se enferman y sufren dolores intensos”, reveló el vecino.

Es urgente que las autoridades asuman, de una vez por todas, la responsabilidad que tienen para sanar al lago y proteger la salud de la población, exigió.

DEFORMES Calisaya también reveló que muchos animales como ovejas y vacas, nacen deformes.

“Algunos tienen hasta tres patas y otros males congénitos”, describió.

El 80 por ciento de pobladores migró y los animales se van muriendo

La población de Vito, que contaba con aproximadamente 800 personas, perdió el 80 por ciento de sus habitantes porque migraron a departamentos como Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en busca de trabajo.

La falta de oportunidades, además de los daños ambientales que sufre el lago Uru Uru, obligaron a la gente a buscar otros horizontes de vida más allá del pueblo, comentó Martín Calisaya.

“Casi todos se fueron. La mayoría abandonó sus casas y tierras, porque la situación en Vito no está bien. El lago Uru Uru se muere”, sentenció Calisaya.

A orillas del lago había un gran número de totorales, pero están desapareciendo y los animales de cría ya no comen como antes, están flacos, raquíticos, dijo.

Como la pesca está llegando a su fin en la laguna, los pocos habitantes que aún viven en Vito optaron por apostar a la crianza de animales como vacas, llamas, ovejas y hasta chanchos.

Los cerdos se incrustan en la arena de la orilla del lago para refrescar el cuerpo en lodo oscuro y fétido.

En las poblaciones de las riberas del lago Uru Uru: Vito, Challacollo, Rancho Grande y Machacamarca hay patos silvestres, flamencos, pariguanas y tarakas. Esas especies mueren sin explicación alguna dentro los totorales, denunció el presidente de la junta vecinal de Vito, Roberto Ayala.

El Poopó prende alarma regional en Oruro

Las poblaciones orureñas que cuentan con humedales declararon alarma regional porque el lago Poopó se seco.

El gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, promulgó el viernes una ley departamental que declara zona de desastre al lago Poopó, que evaporó al menos 60 por ciento del agua.

Esta ley atenderá las zonas afectadas por ese desastre ambiental, entre ellos, los municipios de Toledo, Santiago de Huari, Santiago de Andamarca, Machacamarca, Challapata, Poopó, El Choro y Pazña.

Esa ley permitirá ejecutar inicialmente una ayuda alimentaria para al menos 350 familias pesqueras y luego conformar una comisión interinstitucional, departamental, nacional e internacional.

La emergencia incluye la situación alarmante por la que atraviesa el lago Uru Uru, que en los próximos diez años podría correr la misma suerte.

El presidente de la Junta de Vecinos de la comunidad de Vito, Roberto Ayala, anunció que a fin de mes habrá una asamblea regional de todos los dirigentes comunales para tomar decisiones y presionar a las autoridades, no solo del departamento, sino del Gobierno central para que asuman acciones concretas, con el fin de revertir la contaminación del lago Uru Uru y mitigar lo que pasó con el Poopó. “Basta de oídos sordos”, sentenció Ayala.

En su criterio, “el desinterés de las autoridades está generando problemas no solo de medio ambiente, sino de salud para la población y esto debe acabar”.

El encuentro regional de las comunidades tendrá que tocar el fondo del problema y comenzar a exigir soluciones estructurales a la situación, dijo.

“Como la problemática del medio ambiente no impone guirnaldas a las autoridades, el gobernador, alcalde e incluso autoridades nacionales son apáticas y, lo peor, relajan cualquier decisión ejecutiva para resolver problemas”, señaló Ayala.

Adelantó que no permitirán que el Uru Uru “se vuelva un desierto”, ya que la gente vive de la pesca y agricultura.

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