domingo, 18 de abril de 2010

Juan Pable Ramos, Viceministro “Los pueblos deben ahora generar movilización para ser escuchados”

El viceministro de Medio Ambiente, Biodiversidad y Recursos Forestales, Juan Pablo Ramos, señala que la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, se diferenciará de la Cumbre Climática de Copenhague, porque ahora se les pasará la responsabilidad a la sociedad civil de opinar sobre la crisis ambiental, sus causas y consecuencias, y dar probables soluciones.
Ramos, economista, experto en temas ambientales y uno de los principales conductores de la Conferencia señala los principales desafíos del acontecimiento en la siguiente entrevista.
OPINIÓN (O): ¿Cuáles son las principales diferencias de la Conferencia de Cochabamba en relación a la Cumbre Climática realizada en Copenhague en diciembre pasado?
Juan Pablo Ramos (JR): La diferencia está en que se les está pasando a los pueblos del mundo la responsabilidad para que expresen su posición, para que generen su demanda, para que promuevan corrientes de opinión, para que exijan a los gobiernos, sobre todo de los países desarrollados, que den respuesta a la problemática del cambio climático, que lleven adelante posiciones más contundentes, ambiciosas, compromisos verdaderos en defensa de la vida. La diferencia ha sido que en la convención de los gobiernos de Copenhague no se ha podido llegar a resultados esperados, porque principalmente los gobiernos de los países desarrollados no quieren poner en riesgo un modelo de vida, un modelo de desarrollo que es tan consumista y degradador del medio ambiente que nos está llevando a situaciones complejas. Es por eso que ahora se les está dando la legitimidad a los que no han participado en las negociaciones, a los que no constituyen parte del Gobierno, pero que sienten día a día la problemática del cambio climático, en la vivencia de sus comunidades, sus barrios, sus casas, y que sienten en su economía los estragos del impacto climático en cada momento, a través de sequías, huracanes, exceso de lluvia e inundaciones. Son los pueblos que ahora deben generar corrientes de opinión y movilización para que sus gobiernos entiendan, los escuchen, los oígan, en términos de ya no reeditar posiciones tan poco proactivas para solucionar los problemas ambientales.
O.: ¿La Conferencia tendrá una propuesta final para los Derechos de la Tierra y el anunciado Referéndum?
J.R.: Sí, hay dos grupos, uno que tiene que ver con los Derechos de la Madre Tierra y otro con el Referéndum, entre las 17 mesas de trabajo. El Referéndum es un mecanismo para que los pueblos tengan la capacidad, de proponer, expresar y analizar. Los pueblos deben poder expresar sus puntos de vista, y los deben poder legitimar ante la opinión pública y sus gobiernos. En cuanto a los Derechos de la Madre Tierra, se trata de ver cómo reincorporar a la naturaleza dentro de las visiones sociales y económicas de las que ha estado marginada. Cómo hacer que se comprenda que, así como hay Derechos Humanos, hay también derechos de la naturaleza que deberían definirse, clarificarse. Y debería haber mecanismos para que también se defiendan y se valoren los mismos.
O.: El presidente Evo Morales ha anunciado la creación de un organismo ambiental internacional para el cuidado del medio ambiente ¿Ya hay una posición consensuada para ello?
J.R: Lo que ha propuesto a la Conferencia el Presidente es un mecanismo de participación de los pueblos. En algún momento se intentó decir que esto desplazaría a las Naciones Unidas o que entraría en competencia con la misma. Nada más falso, lo que se plantea es una alianza de las organizaciones sociales, que permita que éstas y los pueblos indígenas tengan una red, un instrumento que les permita coordinar acciones en pos de cuidar la vida, salvaguardar el Planeta. No se trata de un mecanismo que vaya a reemplazar ni genere una visión contraria a las Naciones Unidas. Es una alianza de los pueblos para que tengan un instrumento a través del cual puedan generar posición, debate y propuesta.
O.: ¿Cómo se va a enlazar la Conferencia de Cochabamba con la próxima Conferencia de la ONU en México (COP 16)?
J.R.: Lo importante es que de aquí salgan propuestas de las representaciones de países, de organizaciones sociales, pueblos indígenas, propuestas que generen una incidencia sobre la Cumbre de México. Antes de ese acontecimiento, los gobiernos tienen que saber que los pueblos tienen propuestas, tienen que reconocer el valor de sus propuestas, darse cuenta de que la gente común, en cada ciudad, en cada comunidad, está viendo con preocupación el tema del cambio, y requiere de sus gobiernos políticas más proactivas, que necesitan una Cumbre de México más comprometida con la humanidad, con la vida; que requieren que en México no se antepongan los intereses económicos a los intereses sociales y colectivos. Ahí va a estar la influencia, en el hecho de que una reunión como la de Cochabamba tenga la capacidad de decir a los gobiernos que en México esperamos negociaciones con otra visión de la problemática.
O.: El presidente Morales ha expresado sus temores acerca de que la Conferencia podría ser boicoteada por ciertas organizaciones ¿Persiste este temor?
JR: El Presidente Morales ha expresado su preocupación en sentido de que algunas organizaciones puedan intentar tratar temas que no corresponden a una problemática global, y de alguna forma puedan tratar de afectar la Conferencia. Esta no es una Conferencia de Evo Morales o del gobierno, sino que trasciende y va mucho más allá en los problemas.
O.: ¿Se van a tocar también temas de carácter político?
JR.: Todo en la reunión es técnico y político, no político partidario, pero todos los temas tienen que ver con la política humana, con la política del planeta; es decir, es un tema ambiental pero con connotaciones económicas, políticas y sociales, indefectiblemente.

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