¿Quién no ha visto alguna vez en un río, laguna o mar alguna botella de plástico flotando sin rumbo fijo? Al ser muy persistentes, los plásticos permanecen en el medio ambiente durante cientos de años, lo que ha hecho que varios grupos de investigación busquen una solución al problema. Ahora, una empresa española ha creado una botella fabricada con bioplásticos apta para el envasado de líquidos.
Hasta ahora los plásticos biodegradables creados (sobre todo el ácido poliláctico, el PLA) no eran lo suficientemente resistentes para poder utilizarse como envases de líquidos como zumos, leche u agua, pues su resistencia térmica es baja y su permeabilidad muy alta. El nuevo tipo de plástico supera estos dos problemas básicos gracias a una serie de nanorefuerzos incluidos en la matriz del plástico y que mejora sus propiedades frente a los líquidos.
Este nuevo biomaterial está formado a base de nanoarcillas modificadas que hacen que el material sea más fuerte y resistente a la temperatura, reduciendo igualmente su permeabilidad a los gases.
Y todo ello sin perder su propiedad fundamental: sigue siendo perfectamente biodegradable, evitando el potencial daño al medio ambiente tras su utilización.
En el futuro, a pesar de la gente que inconscientemente tira las botellas en cualquier hábitat, éstas no permanecerán durante siglos destruyendo el medio ambiente gracias a este tipo de investigaciones.
Esta botella se elabora a través de la obtención de maíz al cual se le extrae el almidón y se separan los azúcares naturales, seguidamente, mediante un proceso de fermentación, separación y polimerización consiguen un “polylactide” plástico.
¿Qué son los bioplásticos? son fabricados a partir de recursos renovables de origen natural, como el almidón o la celulosa.
Para crear un bioplástico, los científicos buscan estructuras químicas que permitan la degradación del material por microorganismos, como hongos y bacterias.
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