-Los Tiempos (LT): ¿Qué tan antiguo es el problema del Tipnis, desde cuándo soportan presiones?
- Sarela Paz (SP): Debemos identificar tres presiones que ha sufrido el Tipnis en la última mitad del siglo XX y los últimos 10 años: una es la colonización, otra la ganadería y otra los madereros. Estas presiones no deben verse solamente como sujetos específicos que presionan sobre las comunidades indígenas, sino también como agentes que muestran procesos estructurales de un modelo de Estado pos revolución de 1952. La ocupación ganadera data de los años 1940 y es producto de una expansión del modelo de hacienda en el Beni. Una precisión, la iniciativa ganadera que va a ocupar el Tipnis refleja una escala de ganadería mediana. La ocupación de los colonizadores forma parte de los programas de colonización dirigida y espontánea al Chapare y, en específico, forma parte de respuestas a la situaciones de vulnerabilidad que produjo la reforma de 1985 y la relocalización. En el Tipnis la curva más alta de flujos de ocupación colonizadora datan de los años 86, 87, 88, 89. Desde entonces las comunidades indígenas de la parte sur se han visto obligadas a convivir con los colonizadores y a cambiar radicalmente su modo de vida que se caracteriza por un acceso colectivo a los bosques, dado las características de actividades como caza, pesca y recolección. Las comunidades se han visto envueltas en un proceso de parcelación de sus bosques. Si en 1990 teníamos una brecha caminera que ingresaba por Puerto Patiño y nos vinculaba poblados de colonos como Villa Bolívar, Aroma, Icoya, Villa Paraíso, Moleto e Ichoa, en 2011 tenemos dos caminos paralelos a la brecha inicial que nos comunican poblados de colonos que van de Nueva América a Minera A y de 12 de Mayo a Valle Alto. Ello supone que durante los últimos 21 años el proceso de colonización en la parte sur del Tipnis ha seguido una dinámica ascendente, y en los últimos tres años (2008-2009-2010) se ha expresado en situaciones de enfrentamiento entre los colonizadores y las comunidades indígenas, sobre todo en la región del Lojojouta. En el caso de los madereros, estamos hablando de la expansión de aprovechamiento forestal que viene de Bosque de Chimanes y que tiene como epicentro de iniciativa estatal las concesiones forestales de la década del 70, década del gobierno de Banzer. La presión de aprovechamiento forestal que viene de Bosque de Chimanes refleja una vieja idea estatal que considera que los bosques pueden ser dados en concesión sin considerar a sus habitantes. Por supuesto esta vieja figura ha cambiado sustancialmente en el país, pero lo que no ha cambiado es la mentalidad con que las empresas madereras se relacionan con las comunidades indígenas. Otra precisión, el aprovechamiento forestal de Bosque de Chimanes es sólo una presión sobre los bosques comunitarios del alto Sécure puesto que hasta el presente no hay presencia de empresas madereras dentro el Tipnis.
-(LT): ¿Cuántas comunidades indígenas existen y qué opinan de la carretera?
En el Tipnis hay 63 comunidades indígenas: chimanes, yuracarés y mojeño trinitario. De las 63 comunidades: 12 están en la zona sur y pertenecen al Consejo Indígena del Sur (Coni Sur). El resto, 51 comunidades, están desplegadas entre el río Isiboro, el río Ichoa y el río Sécure.
De las 51 comunidades, 14 pertenecen a la subcentral del Sécure y 37 a la subcentral del Tipnis. Todas, sin embargo, reconocen que la instancia máxima de organización de las comunidades es la subcentral del Tipnis y solo acuden a un encuentro de autoridades, corregidores y representantes de comunidades (instancia máxima de decisión) mediante una convocatoria de la subcentral del Tipnis.
Las comunidades del Coni Sur se caracterizan por convivir con la colonización y estar adscritas a la economía de hoja de coca. Por eso se puede entender su estructuración y sus demandas que son algo diferentes a las otras comunidades. Por ejemplo, se puede entender porque quieren la carretera: estas comunidades están conviviendo con la colonización y producen hoja de coca, pero además ya están impactadas por el camino que entra de Puerto Patiño hasta el río Moleto (afluente del Ichoa).
En el Encuentro de Corregidores, Autoridades y Representantes de Comunidades que se llevó a cabo entre el 25 de julio y el 3 de agosto en el río Isiboro, en la comunidad de San Pablo, estuvieron las 51 comunidades. Las 12 del Coni Sur vinieron y se retiraron antes de que empiece el encuentro por varias razones, entre otras, por la posición que tienen sobre la carretera. Aun así, reconocen que la subcentral del Tipnis es la instancia de articulación orgánica del territorio. Otra precisión más, el título ejecutorial dice claramente: es un territorio a favor de los pueblos chimanes, yuracarés, mojeño trinitario, representados por la subcentral del Tipnis.
Las 51 comunidades que pertenecen a la subcentral del Sécure y a la subcentral del Tipnis y que se reunieron en la comunidad de San Pablo, tomaron la decisión de que la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos no atraviese el corazón del Tipnis, razón por la cual decidieron salir en marcha el 15 de agosto.
En mi opinión, el conflicto con el gobierno estalla justamente porque se desarrolla y aprueba un plan de carretera y no se consulta con las comunidades vivientes, no se procede a realizar diálogos previos sobre las características del tramo carretero y la manera en cómo afectará al Tipnis. En otras palabras, el proceso de consulta no se llevó adelante.
Se ha querido consultar con unas comunidades, una parte con 7 comunidades del alto Sécure y otra parte las comunidades del Coni Sur, sin respetar la vida orgánica e institucional del Tipnis.
El epicentro del problema está en que el Encuentro de Autoridades, Corregidores y Representantes de comunidades decidió que la carretera no atraviese el corazón del Tipnis y las iniciativas de consulta que tuvo el gobierno se estrellaron con dicha decisión, se la pasaron por alto.
Buscaron dialogar con las comunidades sin considerar que éstas tienen autoridades que las representan. Dichas autoridades estaban en la marcha. El presidente de la Subcentral del Tipnis, Fernando Vargas y el presidente de la subcentral del Sécure Emilio Nosa, encabezaron la marcha del 15 de agosto.
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