Las urbes de México con más de 500 mil habitantes afrontan importantes barreras para medir la calidad del aire y frenar su contaminación. Las redes de seguimiento existentes “no funcionan como uno desearía”, según Ricardo Torres, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México.
En las grandes urbes de este país son problemas crecientes la presencia de ozono, dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y el material particulado (PM10), generado por el consumo de combustibles de origen fósil y por las actividades industriales.
México cuenta con 28 redes para medir la calidad del aire, de las cuales solo 18 entregan información válida y confiable, opinó el experto Gerardo Moncada, de la organización no gubernamental El Poder del Consumidor. El Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire está dotado de más de 80 estaciones de seguimiento atmosférico, pero sus datos deben ser validados para cumplir con las regulaciones.
“Es primordial monitorear la calidad del aire, pero falta voluntad para hacerlo bien debido a las carencias de equipos y de gente capacitada”, señaló a Tierramérica el activista Agustín Martínez, integrante de Bicitekas, una agrupación social dedicada a promover la movilidad no motorizada.
Ante este problema, ocho organizaciones de la sociedad civil, proponen en el plan denominado “Hacia ciudades saludables y competitivas: Moviéndose por un aire limpio” una serie de medidas para mejorar la calidad del aire.
Entre ellas se destacan la actualización de regulaciones para combustibles limpios, emisiones contaminantes y demás componentes de la polución, la eliminación de los subsidios a los combustibles, reducir el uso del automóvil en las zonas metropolitanas, mejorar el transporte urbano y fortalecer los programas de seguimiento atmosférico.
Los gobiernos de los estados de la zona centro ya crearon la Comisión Ambiental Metropolitana para que aborde asuntos como los citados y trabaje en soluciones compartidas, instancia que se debe replicar en otras grandes localidades, al decir de los expertos.
El reporte “La calidad del aire en América Latina: Una visión panorámica”, publicado en marzo y actualizado en mayo por el estadounidense Clean Air Institute, pone énfasis en la necesidad de medir los niveles atmosféricos. La institución sugiere definir metas de calidad del aire basadas en estándares nacionales, asegurar un seguimiento de la calidad del aire robusto y establecer inventarios detallados de emisiones.
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