Cerca de 150 hectáreas de pastizales y árboles de la zona alta de Tarija fueron consumidos por el fuego, que presuntamente se originó por una colilla de cigarro arrojada en el lugar, según precisa el informe policial preliminar.
El incendio se produjo aproximadamente a las 12.35, de acuerdo el reporte de los mismos vecinos de la zona, quienes alertaron del siniestro al Comando Departamental de la Policía. Sin embargo, el informe de la institución del orden el hecho ocurrió cerca de las 14.00 horas, el fuego se extendió por varios kilómetros desde la zona rural hasta el área urbana, logrando ser sofocado cerca de las 18.00.
El voraz incendio comenzó en la zona de Turumayo, en la propiedad de la familia Benítez, que en ese momento no se encontraban en el lugar. Producto de los fuertes ventarrones el fuego avanzó hasta las zonas de Tabladita, Catedral, Germán Busch hasta llegar a la cuesta del Gallinazo y el cementerio jardín, donde pudo ser sofocado.
El fuego, que de momento se tornó incontrolable por los fuertes ventarrones, consumió 150 hectáreas de pastizales a su paso.
DAÑOS
En el barrio Catedral, frente a la quebrada que existe en el lugar, cuatro familias tuvieron que abandonar sus viviendas, las cuales fueron alcanzadas por el fuego que no ocasionó daños de consideración, lo mismo a dos vehículos.
El que sí sufrió daños significativos fue el depósito de repuestos de la empresa Constructora Ciabol, ubicado en medio de un pastizal seco. Las llamas calcinaron llantas de vehículos, turriles de brea, repuestos y otros artefactos que no pudieron ser salvados. En el recinto también existían cachorros de dinamita, que pudieron ser sacados de inmediato.
CORTE DE LUZ
Debido a la altura que alcanzaron las llamas, producto de los fuertes vientos, dos motores de baja tensión fueran alcanzados por el fuego que los sobrecalentó y provocó el corte de energía eléctrica en las zonas de Senac y otros barrios aledaños.
Si algo preocupó a los socorristas fue la falta de agua en la zona debido a los cortes de Cosaalt, que pese a la emergencia no dotó del líquido elemento a los barrios afectados. Ante este panorama, lo voluntarios no tuvieron más alternativa que usar ramas de los árboles y tierra para controlar el siniestro.
Cerca de 200 efectivos policiales, apoyados por otras unidades de rescate, trabajaron de manera continua para controlar el desastre. La Unidad de Bomberos, una vez más, desnudó sus limitaciones en cuanto a equipos para sofocar incendios.
El único carro bombero, que a pesar de estar en pésimas condiciones, tuvo que esforzarse a lo máximo para poder transportar agua a los lugares críticos.
“Pese a esta situación logramos controlar el fuego y sin duda que fue un esfuerzo coordinado. Hacemos un llamado para que las personas inescrupulosas sean más conscientes de sus actos y eviten realizar estos desastres que afectan a nuestro medio ambiente”, expresó el coronel Oscar Chávez, comandante departamental de la Policía, que estuvo presente en el lugar del incendio.
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