Más de 150 mil hectáreas de cañaverales fueron quemadas recientemente, en su mayoría de manera ilegal, con el propósito de producir alcohol a bajo costo económico, pero con impactos socioambientales de magnitud, denunció el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), que identifica como débil el control estatal en las zonas agroindustriales.
Eulogio Núñez, director regional del Cipca en Santa Cruz, afirmó a Cambio que debe llamar la atención la forma de producir alcohol en el oriente del país, porque ya no se puede permitir que se siga con la práctica de destrucción del medio ambiente y la tierra, que se aplica sobre todo en las zonas agroindustriales, ya que existen alternativas menos dañinas para conseguir el mismo producto.
“Cada año, las primeras cosechas que se hacen con los zafreros, la caña sin quemar se va para la producción de azúcar y la caña quemada para alcohol. Pero esta vez han exagerado con las quemas y en su mayoría no cuentan con una licencia para hacerlo”, observó.
La Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT) es la entidad encargada de otorgar la autorización de quemas en zonas con vocación agrícola y/o ganadera.
El investigador en temas agrarios indicó que en el sistema agroindustrial de monocultivos –como la caña, soya, algodón– se utilizan agroquímicos en cantidades impresionantes y alta mecanización.
En el caso de las quemas de cañaverales, dijo que el impacto sobre la población fue casi inmediata, pues estas plantaciones se encuentran cerca de Montero y otras ciudades intermedias. “Los incendios provocaron el cierre de aeropuertos, suspensión de las labores de clases y varias enfermedades en la población”, acotó.
Núñez, quien retornaba de la comunidad de Ascensión de Guarayos, informó que extensas superficies de pastizales fueron quemadas por medianos y grandes agropecuarios, pero que el mayor impacto se concentra en las pampas de Moxos.
“No hay conciencia de que esta forma degradante ya no se debería aplicar”, reflexionó. “La tierra para conservar su fertilidad requiere de nitrógeno y las cenizas que quedan en la superficie del terreno, tras la quema, de ningún modo funge como abono, sino todo lo contrario”, advirtió Núñez, pues “se está quemando materia orgánica, se está matando el suelo y se está haciendo poco productivo”.
Afirmó que de los últimos incendios, los mayores responsables son los agroindustriales, además de grandes agropecuarios que asumieron acciones irresponsables.
Récord de incendios en el país
Santa Cruz
El récord histórico de focos de calor que alcanzó el país, según Eulogio Núñez, director regional del Cipca-Santa Cruz, puede ser calificado “como un desastre natural de irreversibles impactos”.
Señaló que el país, según información oficial, está cerca de los 60 mil focos de calor acumulados durante el año, con una afectación sobre 3,5 millones de hectáreas con vocación agrícola, forestal y ganadera, lo cual tendrá implicaciones innegable para el país.
Núñez atribuyó esto a factores climáticos, pero también a una débil presencia del Estado en las zonas donde se infringen las normas, además de la falta de conciencia de la población.
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