domingo, 24 de octubre de 2010

Lidema: Contaminación de Cohana, no resuelta

La contaminación de la Bahía de Cohana (situada entre los municipios de Pucarani y Puerto Pérez, a orillas del lago Titicaca, el más alto del mundo) no tuvo respuestas estructurales, sino paliativos, afirma la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema).

“Las soluciones estructurales están postergadas, todas las acciones en curso actúan en la periferia del problema y atacan, en el mejor de los casos, a los efectos y no a las causas. Mientras tanto, el lago menor sigue recibiendo diariamente cientos de miles de metros cúbicos de aguas altamente contaminadas”, afirmó el coordinador del Programa de Investigación y Monitoreo Ambiental de Lidema, Marco Octavio Ribera.

En septiembre, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) y la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) inauguraron la ampliación y mejoramiento de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Puchukollo, que disminuirá en gran medida la contaminación de la Bahía de Cohana y parte del lago mayor, cercano a Copacabana.

Esta infraestructura provee de agua sin riesgos a aproximadamente 765.497 habitantes de la ciudad de El Alto, poco más del 60 por ciento de su población.

A pesar de ello, Lidema revela que las aguas servidas de las alcantarillas que no tienen colectores y se descargan a Puchukollo terminarán de igual forma en el río Katari, así como de las poblaciones de Pucarani y Viacha, afluentes que desembocan también en la bahía.

“La gran contaminación de la Bahía de Cohana en el lago menor sigue avanzando hacia zonas de las islas interiores, como Pariti y Suriqui, en tanto que todas las acciones que vienen realizando diversas instituciones públicas y privadas se orientan al tratamiento de los efectos, desde limpiezas de lenteja de agua hasta monitoreos, y no se encaminan soluciones estructurales”, apuntó Ribera.

Estas soluciones —dijo el coordinador del programa— deberían pasar por el tratamiento de las aguas contaminadas que salen de El Alto y Viacha a través de los ríos contaminados: Seco, Sek’e y Pallina.

Afirmó que las aguas tratadas que salen de la planta de Puchukollo siguen retornando al río Seco, que tiene un nivel máximo de contaminación, con lo que se anula el esfuerzo para la Bahía de Cohana.

“La planta de Puchukollo tiene la responsabilidad de tratar exclusivamente aguas de alcantarillado, aunque en la práctica, las aguas que ingresan en el tubo emisario de ingreso también transportan una proporción de aguas pluviales contaminadas” dijo.

Otra solución estructural que propone Lidema es la construcción de tres plantas de tratamiento en zonas que permitan colectar las aguas servidas de las poblaciones que no se benefician de Puchukollo, además de una gestión ambiental integral de residuos sólidos y líquidos de las actividades minera, industrial y otras.


PARA TOMAR EN CUENTA

Cohana: es compartida con Perú en una superficie de 8.300 kilómetros cuadrados, y con una población circundante que supera los dos millones de habitantes en el vecino país y Bolivia.

Contaminación: la bahía sufrió los efectos de la contaminación por los residuos mineros, aguas servidas, desechos y otros.

Plaga: la lenteja de agua, al ser una planta acuática flotante, tienen efectos destructores. Debe ser limpiada constantemente.

El río Katari: recoge las aguas de los ríos Sek’e y Hernani, además de las aguas residuales de la planta de Puchukollo y el río Ventilla, proveniente de Viacha.

La planta de Puchukollo: es una ampliación del proyecto de Taka Chira, que antes reciclaba entre 300 y 400 litros por segundo de agua, y ahora recicla 1.200 litros en el mismo tiempo.

El costo: asciende a los 57,2 millones de bolivianos, a través del Gobierno y EPSAS.

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