Eduardo Rojas, jefe del departamento forestal de la FAO, explica la importancia y el futuro de los recursos forestales en el mundo.
Los bosques cubren actualmente cuatro mil millones de hectáreas, lo que equivale a 31 por ciento de la Tierra. Su extensión se ha venido reduciendo en proporción al avance de la colonización humana; si bien la deforestación se desacopla del crecimiento demográfico cuando los países entran a la senda de la industrialización y desarrollo. Europa frenó y revirtió la deforestación a lo largo del siglo XIX, Norteamérica algo más tarde, y recientemente se ha repetido el mismo fenómeno en Asia con algunas excepciones y Cercano Oriente.
Las causas inmediatas de la deforestación están relacionadas generalmente con la conversión de la tierra para usos agrícolas, pero la razón subyacente casi siempre se vincula a factores como la pobreza, el crecimiento demográfico incontrolado, la débil gobernanza, conflictos políticos o problemas de tenencia y ordenación del uso de la tierra.
¿CUÁL LA SOLUCIÓN?
No hay más remedio que avanzar en la sinergia de una producción de calidad orientada a los mercados, que corra en paralelo al reconocimiento objetivo de los servicios ambientales que prestan los bosques, sin distorsionar los mercados internacionales y con ello las opciones de desarrollo de los países y de las poblaciones que habitan y utilizan los bosques para sostener sus medios de vida.
Los bosques generan efectos ambientales positivos sobre el conjunto de la sociedad -sobre todo en términos de fijación de carbono atmosférico, protección del suelo y el agua y preservación de la biodiversidad.
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