miércoles, 28 de marzo de 2012

Dos planes de manejo de insectos se frustran en La Paz

Unas cuantas alas de mariposas esparcidas en el piso son el único recuerdo que queda de Nayriri, el primer mariposario nacional en El Chairo, a unos 45 minutos de Coroico. Dos kilómetros más adelante, en Santa Rosa de Pacallo, el emprendimiento de cría de escarabajos también ha cerrado.

En un video de presentación de Nayriri hecho en 2010, una cholita que había sido capacitada por los biólogos manipulaba con cuidado a las mariposas. Mientras, un técnico veía todo el proceso.

A principios de marzo de 2012, se supo que ella dejó el lugar y se fue a buscar oro a otra región de los Yungas.

“Ya no tenemos recursos (económicos). El proyecto estaba andando, pero la organización que nos ayudaba nos dijo que ahora esperemos hasta junio o julio. Ojalá que en septiembre lo volvamos a abrir”, cuenta Marcos Cos, presidente de la organización que nació en diciembre de 2010 y cerró en diciembre de 2011.

Nayriri cerró. “Aquí trabajaban dos personas: un coordinador y un técnico. Y éramos una alternativa más para la economía de los pobladores de El Chairo y otras comunidades, porque con nosotros trabajaban unas 28 familias (al menos unas 84 personas) y se beneficiaban de manera indirecta”, explica Cos.

Luego de obtener, tras un año de trámites, el permiso para el Plan de Manejo de Mariposas, la organización estaba dispuesta a exportar anualmente al menos 3.000 ejemplares de las aladas; ahora eso deberá esperar todavía un tiempo más hasta que vuelva a funcionar el criadero de mariposas en los Yungas.

Cuando La Razón visitó el lugar (6 de marzo), las instalaciones estaban bajo candado, pero no había una sola persona dentro del mariposario, del que además se pretendía que fuera un nuevo atractivo turístico para el municipio de Coroico.

PACALLO. En Santa Rosa de Pacallo, unos 30 minutos antes de llegar a Coroico, unos muros a medio construir y un par de viviendas quedan del emprendimiento y futuro criadero de escarabajos.

Este diario fue al lugar en agosto de 2009, cuando el proyecto apenas comenzaba a operar, pero, al igual que pasó con Nayriri, cerró. Iba a ser otra alternativa económica para los pobladores de la región, pero por falta de recursos también tuvo que clausurarse.

“Se paralizó el proyecto porque no hay fondos para lo que iba a ser la tercera fase. Ya no hubo recursos para completar los laboratorios y otras salas”, cuenta resignado Wilson Gironda, un biólogo que trabajó un año en la coordinación de este novedoso emprendimiento.

La iniciativa trabajaba con recursos de la cooperación internacional, pero ahora no tiene fondos. “El Estado no nos apoya, porque no tiene dinero para estos proyectos, pese a que el programa era una alternativa económica más para los campesinos de la zona; pero ahora no se pudo continuar”, añade el especialista.

En esa zona yungueña era posible capturar al menos 600 parejas de escarabajos durante todo el año.

Gironda y Cos coinciden en que ante la frustración de los planes de manejo de mariposas y escarabajos, el tráfico de insectos podría crecer más. “Ahora se les va a hacer más fácil (a los traficantes) colectarlos”, resume con preocupación Cos.

Los planes de manejo de mariposas y escarabajos eran la forma legal y científica de aprovechar esos recursos en beneficio de los comunarios, que ahora seguirán colectando especies, en muchos casos para algunos japoneses y peruanos, que les compran en precios ínfimos para luego traficarlos en altos costos.

Nayriri y Pacallo debieron ser una alternativa para el desarrollo comunal y familiar, y el biocomercio legal.

Geokinetics apoya en dos hallazgos

Dos iniciativas de manejo de insectos languidecen en La Paz, pero en la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, en Tarija, acaban de ser descubiertas dos nuevas especies para la ciencia de escarabajos tigre, además hay 49 nuevos registros de insectos para Bolivia. Un grupo de biólogos financiado por el Proyecto de Exploración Sísmica 2D-Bloque Iñiguazu, de Geokinetics Bolivia SRL, hizo el hallazgo.

Las dos nuevas son: Pseudoxycheila tucumana y Cicindela yaguaree, y los biólogos Robert Perger y Fernando Guerra hacen las descripciones. Tariquía es rica en especies de escarabajos tigre, en un área de no menos del 1% del país hay el 13% de los escarabajos tigre en el país y el 21% es endémico.

Estos animales son buenos indicadores para ver el status de conservación de la reserva, el estudio permitirá ver además las condiciones del hábitat y la diversidad en otros grupos.

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