La relatora de la ONU para el Derecho al Agua y al Saneamiento, Catarina de Albuquerque, instó ayer a todos los países a no dar marcha atrás en su decisión de reconocer el derecho universal al agua y al saneamiento.
En un comunicado, Albuquerque criticó que algunos estados, entre los que cita a Canadá y el Reino Unido, "aparentemente están proponiendo eliminar una referencia explícita al derecho al agua y al saneamiento para todos en el primer borrador de la conferencia Rio+20" sobre desarrollo sostenible, que se celebrará en junio próximo en Río de Janeiro.
Con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebrará hoy, Albuquerque lamentó que los países "estén malgastando su tiempo en renegociar sus propias decisiones, en lugar de avanzar en la implementación del derecho al agua y al saneamiento para todos".
"Rio+20 y los objetivos de desarrollo posteriores a 2015 no deben traicionar los compromisos previos en el derecho al agua y al saneamiento", reclamó, al tiempo que instó a los estados a "centrarse en la población mundial que solo tiene acceso a agua sucia e insegura y a un saneamiento inadecuado".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) anunciaron recientemente que se ha logrado cumplir con la meta de los Objetivos del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable tres años antes de lo estipulado.
Pese a ello, aún hay 783 millones de personas –el 11 por ciento de la población mundial– que no tiene acceso al agua potable y que en su mayoría (el 40 por ciento) residen en el África subsahariana.
En cuanto al saneamiento, el 63 por ciento de los habitantes del planeta tiene acceso a él, una cifra que sólo aumentará al 67 por ciento en 2015, muy por debajo del objetivo del 75 por ciento que figura en los ODM.
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