“Ayuda por favor, nos hemos quedado al otro lado del río, la oroya (rondana) se lo ha llevado el río, y desde el domingo no tenemos ni agua, ni qué comer”, era uno de los últimos llamados de auxilio, vía celular, desde la comunidad de Villa Jorca en Villa Tunari a las autoridades sindicales.
Las permanentes lluvias impidieron que la Comisión de Evacuación por aire llegue a rescatar a las 68 personas que aún se encuentran atrapadas en medio de las inundaciones. Según el informe preliminar las víctimas se encuentran en las comunidades de Villa Jorca (18 personas), Villa Mendoza (10), Cañaveral (10), Santa Rosa (12), Cristal Mayu, Banda Azul, Bubusama, y el sindicato Montaño (18).
El martes por la tarde se recuperó a una familia de cinco integrantes que flotaba en una canoa en la zona de Israel. Gracias al bote, pudieron salvarse Andrés, Sabina Choque (esposa), su hija Elizabeth de seis años, y dos vecinos: Martín Arenas Arias y Paulino Gutiérrez Rojas.
Ellos fueron a la zona a rescatar algo de su producción de coca, pero el agua los sorprendió.
Sabina relató su agonía como una pesadilla: “Antes que el río se lo lleve todo (el día domingo), estábamos en el segundo nivel y abajo varios animalitos se juntaron tratando de salvarse. Un cocodrilo los hacía corretear y chillar a los jochis, y a los otros animalitos. Al final el agua vino fuerte y se los llevó a todos. Pensaba que a nosotros podía pasarnos lo mismo”.
Una llamada desde su celular les salvó la vida, Andrés conocía el teléfono de uno de los dirigentes y a través suyo pidió auxilio.
“No sabíamos si nos iban a encontrar, por eso después de cada llamada apagaba mi celular para que no se acabe mi batería”, dijo. El aparato permitió ubicar a estas familias. A través de este diario Andrés hizo un pedido expreso al presidente Evo Morales: “Que ponga antenas para que haya señal en todas partes”.
Entretanto, la familia de Pedro Isategua, en medio de la tragedia, a horas de ser rescatada recibió el nacimiento de un bebé, pero también lamentaron la muerte de Auro Tedén Buriwaso (23), un familiar.
Esa noche (martes) ambos fueron hospitalizados en Villa Tunari. Auro llegó con fiebre y dificultades para respirar.
“Como a las once de la noche murió Auro. No queríamos que lo lleven a la morgue, porque no es nuestra costumbre. Y horitas después, como a las dos a tres de la madrugada mi esposa tuvo el bebé”, relató Pedro.
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