Cuando la lluvia cae con gotas tan gruesas que doblan las hojas de los árboles, Reimar Parada Farinha detiene su moto. La tierra se convierte en barro, el ruido de los monos aumenta y las horas pasan lentas en la localidad pandina de Filadelfia, que es una ínfima parte de la Amazonía.
Reimar aprendió a vivir en la selva amazónica. Su casa y su familia están en la ciudad de Cobija (la capital del departamento de Pando); pero él pasa días y semanas devorado por la naturaleza. Se dedica a la cosecha de castaña y también es un experto en el rallado de los árboles de goma, una actividad que heredó de su mamá Gladys. No es el único con la capacidad de pasar los días en la selva, los hombres y las mujeres que viven cerca de esta zona aprovechan las ventajas de la región para sustentarse.
El Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés) y la comisión Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de Bolivia se han propuesto redescubrir la biodiversidad de la región. A partir de este análisis, se desarrollarán proyectos comerciales para mejorar la calidad de vida de los lugareños en las áreas de salud, prevención, capacitación y educación ambiental.
Hace unos días, se dio inicio a un proceso de peritaje colegial en Cobija, con financiamiento belga. Se diseñaron las propuestas de investigación en la zona. En principio, se determinó levantar un inventario botánico forestal y hacer un análisis del estado de la deforestación en la zona. Se dará prioridad al manejo sostenible de los productos forestales, principalmente de la madera, la goma y la castaña.
El siguiente paso es el diseño de un informe respecto a la situación social y económica de los comunarios. Un grupo del colegio pluridisciplinario de expertos, entre ellos biólogos, ecólogos, químicos, agrónomos y representantes de las ciencias sociales tendrá información sobre población, demografía, migraciones, Impuesto Directo por los Hidrocarburos y otros datos que ayuden a configurar las necesidades locales. Se conocerán las prioridades de personas como Reimar y se verán las alternativas de ayuda. Todo esto, según el encuentro de Cobija, estará enmarcado en el respeto a la biodiversidad.
Según François-Marie Gibon, investigador entomólogo y ecologista del IRD, es posible que la biodiversidad y el desarrollo productivo estén de la mano en el norte amazónico. “Por ejemplo, en el tema de la madera y la castaña se puede mejorar la calidad de vida de los pobladores con un aprovechamiento adecuado de estos recursos”.
Se prevé que el trabajo de peritaje concluya dentro de un año, aproximadamente. Las conclusiones y recomendaciones de este proceso se sintetizarán y serán publicadas y difundidas en coloquios. Se pondrá en marcha estas iniciativas en Pando y en parte de Beni.
La idea, según el IRD es que personas como Reimar se beneficien del proyecto y que su vida junto a la naturaleza tenga mejores frutos que en la actualidad.
El Instituto francés de desarrollo
El Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés) es una entidad pública francesa de carácter científico y tecnológico que desde hace más de 60 años colabora en los países de la región. Tiene dos ministerios tutelares: uno está a cargo de la investigación y otro tiene a su cargo la cooperación. Sus actividades de
investigación tienen como objetivo contribuir con el desarrollo
económico, social y cultural.
Reimar aprendió a vivir en la selva amazónica. Su casa y su familia están en la ciudad de Cobija (la capital del departamento de Pando); pero él pasa días y semanas devorado por la naturaleza. Se dedica a la cosecha de castaña y también es un experto en el rallado de los árboles de goma, una actividad que heredó de su mamá Gladys. No es el único con la capacidad de pasar los días en la selva, los hombres y las mujeres que viven cerca de esta zona aprovechan las ventajas de la región para sustentarse.
El Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés) y la comisión Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de Bolivia se han propuesto redescubrir la biodiversidad de la región. A partir de este análisis, se desarrollarán proyectos comerciales para mejorar la calidad de vida de los lugareños en las áreas de salud, prevención, capacitación y educación ambiental.
Hace unos días, se dio inicio a un proceso de peritaje colegial en Cobija, con financiamiento belga. Se diseñaron las propuestas de investigación en la zona. En principio, se determinó levantar un inventario botánico forestal y hacer un análisis del estado de la deforestación en la zona. Se dará prioridad al manejo sostenible de los productos forestales, principalmente de la madera, la goma y la castaña.
El siguiente paso es el diseño de un informe respecto a la situación social y económica de los comunarios. Un grupo del colegio pluridisciplinario de expertos, entre ellos biólogos, ecólogos, químicos, agrónomos y representantes de las ciencias sociales tendrá información sobre población, demografía, migraciones, Impuesto Directo por los Hidrocarburos y otros datos que ayuden a configurar las necesidades locales. Se conocerán las prioridades de personas como Reimar y se verán las alternativas de ayuda. Todo esto, según el encuentro de Cobija, estará enmarcado en el respeto a la biodiversidad.
Según François-Marie Gibon, investigador entomólogo y ecologista del IRD, es posible que la biodiversidad y el desarrollo productivo estén de la mano en el norte amazónico. “Por ejemplo, en el tema de la madera y la castaña se puede mejorar la calidad de vida de los pobladores con un aprovechamiento adecuado de estos recursos”.
Se prevé que el trabajo de peritaje concluya dentro de un año, aproximadamente. Las conclusiones y recomendaciones de este proceso se sintetizarán y serán publicadas y difundidas en coloquios. Se pondrá en marcha estas iniciativas en Pando y en parte de Beni.
La idea, según el IRD es que personas como Reimar se beneficien del proyecto y que su vida junto a la naturaleza tenga mejores frutos que en la actualidad.
El Instituto francés de desarrollo
El Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés) es una entidad pública francesa de carácter científico y tecnológico que desde hace más de 60 años colabora en los países de la región. Tiene dos ministerios tutelares: uno está a cargo de la investigación y otro tiene a su cargo la cooperación. Sus actividades de
investigación tienen como objetivo contribuir con el desarrollo
económico, social y cultural.
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