Varios ambientalistas de Cochabamba creen que el anuncio de la Gobernación de talar eucaliptos en el Parque Nacional Tunari después de darse a conocer la infestación de varios árboles por el insecto conocido como “taladro” es sólo un pretexto para urbanizar la zona.
La versión fue respaldada, además, por el hallazgo, algunos kilómetros más arriba de la zona infestada, de troncos de pinos talados, marcas para derribar otros árboles y basura que nadie sabe quién produce.
Las autoridades de la Gobernación se contradicen sobre este hecho y no queda claro qué está sucediendo en esta región del principal pulmón ecológico de Cochabamba.
La zona en la que se registran estos problemas se encuentra dentro del municipio de Cercado, y por mucho tiempo fue apetecida por loteadores que intentaron construir urbanizaciones sobre ella, razón por la cual la tala de estos ejemplares provoca algunas susceptibilidades, pues la basura parece demostrar que hay presencia de gente extraña en la zona que nadie sabe con qué objetivos se encuentra en el lugar.
El ambientalista Marcelo Delgadillo, del Foro Cochabambino del Medio Ambiente (Focomade), dijo que “la primera actividad de los traficantes de tierras es eliminar los obstáculos (árboles, torrenteras y canales de agua) para trazar, medir y hacer división de linderos”, y explicó que, al parecer, los problemas del kilómetro 10 “nos muestran que estamos por ese camino”.
Delgadillo aseguró que desde el Gobierno no existen medidas que se apliquen para proteger el área y que, por el contrario, todo tiende a tolerar los loteamientos de la zona. “La situación actual es muy similar a la que se vivió entre 1991 y 1992 cuando se derribaron árboles y se construyeron casas y se tuvo que subir el límite del parque Tunari definiendo la cota 2750. Ahora quieren hacer lo mismo y subir el límite urbanizable”, dijo.
Tres versiones
Las autoridades encargadas de cuidar la zona tienen tres versiones. La primera es la del director de la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT), Carlos Antonio Antezana, quien asegura que su oficina no emitió ninguna autorización que permitiera la tala de los pinos. “No tenemos ninguna solicitud de aprovechamiento”, dijo.
La segunda versión es la del responsable interino del PNT, Miguel Cardozo, quien dijo que el derribo de estos árboles es una cuestión completamente normal y natural, pues responde a que “hemos podido identificar anualmente 2 mil árboles que han cumplido su ciclo vital y han estado cayendo por los efectos climáticos como el tiempo y la lluvia”.
La tercera versión es de la nueva secretaria de la Madre Tierra de la Gobernación, Magdalena Medrano, quien dijo que las talas descubiertas no son actuales, pues por el color de las cortezas se puede establecer concretamente que fueron cortados hace más tiempo. Añadió que los estudiantes de la Escuela Forestal (Esfor) hicieron marcas que no son para señalar qué pinos deben caer.
EL INSECTO
• En días pasados, la Gobernación informó el hallazgo del insecto “taladro” en eucaliptos del Parque Nacional Tunari.
• Tras una inspección se descartó la fumigación y se recomendó la tala de los árboles infectados para evitar la proliferación de la plaga.
• La Esfor declaró que la tala es una solución rústica y que hay opciones como el empleo de feromonas para la captura de insectos.
• Los ambientalistas creen que la verdadera intención es la tala con fines de urbanización.
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