Bolivia tiene 22 parques nacionales, el 80% de ellos está seriamente herido y, en algunos casos, hasta amenazado de muerte. Reportes de los propios directores y de guardaparques confirman que, por citar algunos ejemplos, entre los más vulnerados se encuentran el Amboró, el Madidi, el Noel Kempff Mercado y el Isiboro Sécure.
Estas vetas de riquezas naturales están siendo golpeadas por la incursión ilegal de colonos, por la explotación de sus recursos que se guardan en su suelo y subsuelo, por la penetración de caminos vecinales, por la amenaza de una ruta troncal, o por el avance urbano que los va asfixiando y ganando terreno.
Carlos de Ugarte, director de Monitoreo Ambiental del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), dice que si bien el trabajo constante de la institución ha fortalecido la lucha contra las amenazas, buena parte de los parques, sigue siendo víctima de los factores señalados anteriormente.
El Parque San Matías, por ejemplo, es uno de los que sufren los daños silenciosamente. Su director, Denner Flores Parada, lamenta que los incendios forestales se lleven cada año cientos de kilómetros de vegetación y mate una fauna que apenas logra sobrevivir a la cacería comercial que se torna incontrolable.
La pesca comercial también es un dolor de cabeza. Por el sector de la laguna La Gaiba, cuenta Flores, ingresan ciudadanos brasileños y se llevan piezas piscícolas de mucho valor. Lo peor, aclara, es que eso sucede en época de veda, es decir, cuando las diferentes especies de peces se están reproduciendo.
El director hace notar que como fortaleza del Parque San Matías está el personal que trabaja para cuidar la reserva, entre los que se cuentan los 14 guardaparques, que tienen la tarea de resguardar el extenso territorio de 2.918.500 hectáreas.
A la mano dañina del hombre, otro punto en contra son los equipos logísticos que no son los óptimos para desempeñar actividades de resguardo. Para patrullar el San Matías existen siete motos cuadratrack, antiguas y con poco combustible para ponerlas en movimiento.
El Parque Carrasco, ubicado en el departamento de Cochabamba, en las provincias Chapare, Carrasco y Tiraque, sufre la ocupación de colonos y la consiguiente expansión de la frontera agropecuaria con destrucción del hábitat natural de los animales.
A ello se suma la explotación minera de asbesto y mármol que, según el ecologista Armando Flores, a la larga pueden convertirse en un problemas significativo.
Marcelino Janko, director del Parque Carrasco, cuenta que la mayor amenaza son los nuevos asentamientos humanos, no cuantificados, y los cultivos de plantas de coca que existen en algunas áreas.
La tarea se torna cuesta arriba porque hay 18 guardaparques para resguardar 622.600 hectáreas de superficie.
Pero hay algo que lo llena de esperanzas. “El Gobierno luchará por la coca cero en las áreas protegidas”, dice Janko.
El Parque Noel Kempff Mercado vive sus propios tormentos. Anclado en el noroeste de Santa Cruz, en la zona limítrofe con Brasil, este espacio de 914.000 hectáreas tiene muchos problemas que resolver, pero, sobre todo, cuidar las especies piscícolas de la pesca comercial que hace de las suyas sobre el río Iténez.
El director interino, Robert Salvatierra, dice que en el lado brasileño hay dos colonias de pescadores que incluso en época de veda ingresan en la bahía del parque, cosa que está prohibido. “El tucunaré, el surubí y el pacú son muy difíciles de ver ahora, han sufrido mucho por la pérdida de su hábitat”, lamenta Salvatierra que, conocedor de los parques nacionales que hay en Bolivia, revela que si bien varios se encuentran heridos, los más golpeados son el Aguaragüe, el Carrasco y el Amboró, debido a que se encuentran más cerca de los centros urbanos.
Jimmy Cuéllar, director del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró, recuerda que un tercio de las reservas de agua que tiene la ciudad y sus municipios de Santa Cruz está en esa riqueza natural.
Como ente dependiente del Sernap, cuenta Cuéllar, se ha concluido el proceso de saneamiento del área protegida del Amboró. “Hemos revertido seis trámites agrarios que había en su interior desde antes de la creación al parque”, dice emocionado y orgulloso por haber cumplido su tarea.
La principal amenaza, según el director, son los madereros, que operan principalmente por las zonas de ingreso de Yapacaní y San Carlos, quienes sobrepasan los controles existentes. “Cada cuatro meses se decomisa un promedio de 10.000 pies de madera proveniente del Amboró”, lamenta.
Según Cuéllar, esta herida que desangra el parque es una de las tantas que soportan los 22 parques nacionales.
“Casi todos están amenazados de una u otra manera, ya sea por madereros, por los asentamientos ilegales, por los extractores mineros o por las plantaciones de coca”, remata.
Cuéllar dice que el personal de los parques es el que permite proteger todos esos ataques. “Nuestra fortaleza es el personal que está muy bien capacitado, ellos responden a todas las tareas que exige la protección de las riquezas naturales”, afirma, orgulloso.
La construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, cuyo proyecto se ventila desde el 2002, (pero aún no ha empezado), está causando interés en unos y preocupación en otros.
Los indígenas de las etnias yuracarés, moxeños y chimanes se oponen a la construcción de la carretera porque atraviesa por un área protegida, mientras que los colonos, según reportes de prensa, están a favor puesto que ven la posibilidad de acceder a nuevas tierras, recursos naturales y mercados.
Carlos De Ugarte, del Sernap, recuerda que el cuidado de los parques nacionales es tarea de todos. También señala que el hecho de que haya problemas no significa que los parques tienden a desaparecer, hay que reconocer que son espacios frágiles y por eso se los busca proteger.
Un cuidante por cada 522 km2
Los 22 parques nacionales que existen en el territorio nacional son custodiados por 350 guardaparques, una cantidad insuficiente para cuidar ese espacio que suma 182.716,99 km² ocupando el 16,63% del territorio nacional. Es decir, hay un cuidante por cada 522 km2.
Robert Salvatierra, presidente de la Asociación Boliviana de Agentes de Conservación (Abolac), que alberga a todos los guardaparques de Bolivia, dice que esos 350 hombres y mujeres que patrullan los parques no son suficientes ante tanta amenaza que existe para destruir los ecosistemas.
“Cada área tiene recursos mínimos para trabajar. Sólo hay lo elemental, lo básico, no alcanza para hacer una labor más efectiva”, lamenta Salvatierra, que dice que ante la escasez de recursos lo que se rescata es la capacitación de los guardaparques, que ya tienen más de 15 años de servicio.
Jimmy Basculé sabe de los sabores y sinsabores del oficio de guardaparques. Él lo ha sido durante seis años y en todo ese tiempo dice que se ha sentido importante.
“Nosotros llegábamos hasta el último confín de Bolivia”, dice emocionando y recuerda que a pesar de las deficiencias con las que trabajaban se abrían paso entre el bosque para cuidar la inmensa riqueza natural.
La vida es sacrificada, remata y se refiere a que durante las largas ausencia en los parques, la familia se queda sola aguardando el regreso de su ser querido.
Datos verdes
- Bolivia cuenta con 66 de los 112 ecosistemas existentes en todo el mundo, por esta razón está entre los 8 países con mayor biodiversidad del mundo: cuenta con más de 60 áreas protegidas y 22 parques nacionales.
- Dentro del territorio boliviano las categorías que existen actualmente en la legislación boliviana son: Parque Nacional, Monumento Natural, Reservas de Vida Silvestre, Santuario Nacional, Área Natural de Manejo Integrado y Reserva Natural de Inmovilización.
- Las áreas protegidas están aglutinadas, según la Ley del Medio Ambiente, en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Existen
identificadas 123 áreas protegidas en todo el país que son de interesa nacional, departamental y municipal.
- Un parque nacional es un lugar que, por contener una inmensa y singular riqueza natural, requiere de protección estricta y permanente de los recursos naturales, ecosistemas y provincias biogeográficas que existen en él, para conseguir que también sean de beneficio para las futuras generaciones.
- La lista de los 22 parques nacionales son: Madidi, Reserva de la biosfera Pilón Lajas, San Matías, Reserva nacional de vida silvestre Amazónica Manuripi, Otuquis, Noel Kempff Mercado, Reserva de la biósfera estación biológica del Beni, Apolobamba, Cotapata, Sajama, Reserva nacional de fauna andina Eduardo Avaroa, Torotoro, Carrasco, Isiboro Sécure, Amboró, Serranía del Iñao, Reserva biológica Cordillera de Sama, Reserva nacional de fauna y flora Tariquia, Kaa-Iya Gran Chaco, El Palmar, Aguaragüe y Tunari.
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