La represa Chepete del proyecto hidroeléctrico El Bala, en el Madidi, contempla la inundación de 595.28 kilómetros cuadrados, una superficie mayor a los 471 kilómetros cuadrados de superficie de la ciudad de La Paz, y su emplazamiento afectará a casi 4 mil habitantes, según el Estudio de Identificación elaborado por Geodata Engineering, divulgado por la Fundación Solón.
Según la ficha ambiental del estudio al que accedió la Fundación Solón, que no se pudo comprobar que es oficial, el “Componente 1 Angosto Chepete 400” implica construir un embalse con “un nivel máximo extraordinario en la cota 400 metros sobre el nivel del mar (msnm)” e inundaría una superficie de 679.98 kilómetros cuadrados.
Pero su nivel de operación normal sería a 390 msnm e inundaría una superficie de 595.28 kilómetros cuadrados, mientras que el volumen mínimo de operación estaría en la cota 321.35 msnm, con una superficie inundada de 195.06 kilómetros cuadrados.
Según el análisis del activista y exembajador de Bolivia ante las Naciones Unidas (2009-2011), Pablo Solón, la superficie total de la ciudad de La Paz es de 471 kilómetros cuadrados. Es decir que la inundación que provocaría el Chepete en tiempos de “operación normal” sería más grande que toda esa ciudad.
La ficha ambiental establece que el “área total de influencia” de Chepete alcanzaría los 1.931 kilómetros cuadrados perjudicando a 2.314 habitantes que figuran dentro del embalse y 1.660 están en las áreas colindantes.
“En Bolivia, los dos lagos más grandes son el Titicaca, con 8.562 kilómetros cuadrados, y el Poopó, que antes de secarse tenía 2.337kilómetros cuadrados. Si el Poopó no recupera su caudal, el embalse de Chepete será el segundo reservorio más grande del país”, señaló Solón.
Por su parte, el investigador del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), Óscar Campanini, dijo a este medio que hay varios pueblos indígenas vinculados a diferentes territorios en la zona. “No sólo el lugar donde se encuentra su casa es el lugar más importante para ellos, sino los territorios donde van a pescar, a recolectar alimentos y otros productos”, dijo.
La semana pasada, el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Sánchez, informó que la afectación ambiental derivada de El Bala será del 1,9 por ciento, que es inferior a la revelada por estudios anteriores.
“El Estudio a Diseño Final que fue firmado la pasada jornada, es un estudio más detallado, por el que estamos poniendo todos los esfuerzos para que el impacto ambiental del proyecto sea el menor posible, a fin de tener los cuidados respectivos con la Madre Tierra”, añadió.
El Bala tendría “dos componentes que deben ser desarrollados atemporalmente, primero el Componente 1 Angosto Chepete a cota 400, para cubrir la demanda de 3.300 MW; posteriormente durante el orden de 10 a 15 años más adelante, se pretende realizar y concretizar el Componente 2 Angosto Bala a cota 220, aprovechando el efecto en cascada para generar 352 MW.
Según el cuadro de impactos ambientales “clave” de la Ficha Ambiental del Estudio de Identificación, a nivel socio económico, hay seis problemas identificados.
Entre ellos están la afectación a las propiedades comunales y privadas por inundación, el patrimonio arqueológico, la pesca de subsistencia local con la disminución de peces migratorios, al patrimonio natural de las Áreas Protegidas Madidi y Pilón Lajas, la alteración de los usos y costumbres del uso de las llanuras y playones de inundación.
En tanto, en el cuadro de Medidas de Mitigación propuestas para impactos negativos “clave”, figuran cuatro propuestas. Entre ellas están las medidas compensatorias de reubicación e indemnización a comunidades afectadas; la elaboración de programas estratégicos de gestión comunitaria local, la implementación de acciones de liberación y rescate del patrimonio arqueológico; la reposición e indemnización a poblaciones afectadas y la construcción de Infraestructuras.
Para Solón, llama la atención que esta Ficha Ambiental no cuantifique el impacto de la deforestación y de los gases de efecto invernadero que serán enviados a la atmósfera, agravando el cambio climático. “¿Cuál será el impacto de la deforestación de 68.000 hectáreas de bosques que quedaran inundadas bajo el agua?”, cuestionó.
Campanini indicó que uno de los impactos más preocupantes es que “inhabilitará” superficies de bosques y con ello fauna y flora. “Al poner la presa, lo que se hace es cortar todo este ciclo de reproducción del propio bosque, de varias especies”, explicó.
También advirtió que la gran cantidad de sedimento que se genera reducirá el tiempo de vida de la presa y ampliará el área inundada. “El agua que va a inundar va a ser cada vez mayor y aguas abajo va a afectar gradualmente en la reproducción de varias especies”, dijo.
MÁS ESTUDIOS
El pasado 27 de julio, representantes de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y de la empresa italiana Geodata firmaron el contrato de estudio de Diseño Técnico de Preinversión del Proyecto Hidroeléctrico El Bala que pretende inyectar al Sistema Interconectado Nacional (SIN), 3.676 megavatios (MW) de potencia convirtiéndose en el proyecto de generación más importante del país.
El Gobierno minimizó el impacto del proyecto en áreas protegidas, argumentado que con los estudios de ENDE la afectación se reduce a 180 kilómetros cuadrados en el Madidi y Pilón Lajas.
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