La propuesta “Chepete 400 + Bala 220” que fue priorizada como la mejor opción en el Estudio de Identificación del Proyecto Hidroeléctrico El Bala, contempla la relocalización de comunidades indígenas y sindicatos agrarios, según el Estudio de Identificación del Proyecto Hidroeléctrico El Bala que fue divulgado por la Fundación Solón.
“Cabe destacar que esta alternativa (A5a), afectará territorialmente, aguas arriba del Estrecho Chepete, a los centros poblados con tendencia a la urbanización (Inicua, Mayaya, Puerto Linares, Santa Ana de Mosetenes, entre otros), que son considerados Sindicatos Agrarios”, señala el documento.
La alternativa A5a es una de las cuatro opciones que se analizaron en el estudio desde una perspectiva social, técnica, medioambiental y económico-financiera.
En ese sentido, la empresa Geodata Engineering, encargada del estudio, optó por elaborar la ficha ambiental para la construcción del “Componente 1 Angosto Chepete 400”, que fue avalada por el Gobierno tras la firma del contrato de Estudio de Diseño Técnico de Preinversión para el proyecto hidroeléctrico El Bala.
Según la ficha ambiental del Chepete, son 2.314 habitantes que están actualmente dentro del embalse y pertenecen a 15 sindicatos agrarios y a cinco pueblos indígena originario campesinos. Los habitantes colindantes al área del Estudio de Identificación son 1.660. Lo que hace un total de casi cuatro mil personas afectadas.
Respecto a las comunidades afectadas, el documento señala que: “Su grado de apropiación con la tierra tiene una relación socioeconómica mercantil, si una relocalización implica una mejora de condiciones económicas, difícilmente presentarán escenarios de conflicto”.
Añade que si bien son demográficamente más concentrados, presentan “menos escenarios de conflictividad”, por lo que “la reposición de tierras y fondos de apoyo, son herramientas prácticas de negociación para estos sectores”. Califica las medidas planteadas como con “fáciles condiciones de aceptación”.
El investigador del Centro de Documentación e información de Bolivia (Cedib), Óscar Campanini, explicó que más que desplazar a poblaciones locales de esa región implica generar un desapego de las tierras de las que subsisten.
“Algunas de estas poblaciones ya han incluso sacado un pronunciamiento sobre el rechazo a este proyecto”, indicó Campanini. Explicó que el emplazamiento también afectará a las áreas cultivables y las zonas de pesca de las personas que habitan en la región.
El estudio elaborado por Geodata Engineering identifica, también, la presencia de grupos indígenas Toromonas en aislamiento voluntario en la zona de impacto del proyecto hidroeléctrico al interior del Madidi.
EMBALSE
Según la ficha ambiental del estudio al que accedió la Fundación Solón, que no se pudo comprobar si es oficial, el “Componente 1 Angosto Chepete 400” implica construir un embalse con “un nivel máximo extraordinario en la cota 400 metros sobre el nivel del mar (msnm)” e inundaría una superficie de 679.98 kilómetros cuadrados.
Pero su nivel de operación normal sería a 390 msnm e inundaría una superficie de 595.28 kilómetros cuadrados, mientras que el volumen mínimo de operación estaría en la cota 321.35 msnm, con una superficie inundada de 195.06 kilómetros cuadrados.
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