Dos guardafaunas y una bióloga del zoológico de Mallasa, y un técnico de The Wildlife Conservation Society viajaron ayer en la mañana al Parque Nacional Sajama para esparcir las heces de Jacobo, el gato andino (Leopardus Jacobita) albergado en el recinto municipal, y colocar algunos elementos que el felino usó. El objetivo es que el animal pueda habituarse a su nuevo medio a partir de este sábado, cuando sea liberado en ese lugar.
“Se ha hecho la colecta de heces para poder repartirlas en la zona de liberación de manera que el animal reconozca su propio olor en la zona. Será liberado en un área protegida y para ello se coordinó con autoridades nacionales de medioambiente y otras instituciones”, explicó la administradora del zoo, Andrea Morales.
Este ejemplar de gato andino fue hallado el martes 15 de marzo merodeando en la plaza de la localidad de Patacamaya y fue rescatado por autoridades de la Gobernación paceña, que luego se comunicaron con autoridades de la Alcaldía de La Paz para trasladarlo hasta el zoológico.
Este viernes y sábado los especialistas coordinarán los últimos detalles del viaje con el jefe de guardaparques del Parque Nacional Sajama y con los comunarios de la comunidad Manasaya en Oruro. Cerca de este lugar está la quebrada Milluni, (próxima a la frontera con Chile) donde se prevé liberar a Jacobo.
A primera hora del sábado, el gato será sedado para sobrellevar las cuatro horas de viaje por tierra, también se le pondrá suero fisiológico para evitar que se deshidrate y se le tomará una última muestra de sangre.
Luego se le colocará un radiocollar de GPS (sistema de posicionamiento global) que permitirá hacerle un seguimiento durante los siguientes seis meses. Este artefacto ha sido elaborado a la medida del gato y ha sido traído por un especialista desde Argentina.
Morales informó que la tesista Eliana Flores Figueroa de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba será la encargada en hacer el seguimiento al animal.
La caja donde viajará Jacobo ha sido fabricada hace una semana con especificaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en ingles). Pesa 50 kilos y mide aproximadamente 62 cm de ancho, por 72 cm de profundidad, por 82 cm de alto.
Esta caja cuenta con un espacio para la comida y el agua. También tiene una rejilla inferior para que caigan las heces del animal. “Se prevé que el gato despertará en el camino. Estará medio mareado, inicialmente no va a querer comer nada, pero a medida que vaya recuperando le va a dar hambre”, informó la administradora del zoo.
En el zoológico el felino fue sometido a varios exámenes médicos especializados. Por tratarse del primer espécimen vivo que llegaba a un zoológico, atrajo la atención de los especialistas.
Al ejemplar se le tomaron muestras de sangre, exámenes físicos, radiografías de cadera y exámenes genéticos, por tratarse de una especie en peligro de extinción. A su llegada, Jacobo pesaba 4,1 kilogramos y ahora alcanzó un peso de 5,6 kilogramos.
El gato andino está considerado uno de los felinos más amenazados del mundo y es posiblemente uno de los más raros felinos de Sudamérica. También se trata de uno de los felinos menos conocidos por su rareza.
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