Desde 2014, alrededor de 800 colmillos de jaguares destinados al tráfico ilegal fueron interceptados y recuperados, tenían destino la República de China. Hay dos ciudadanos de origen chino que fueron detenidos.
Para extirpar los colmillos, los jaguares deben ser asesinados. Las piezas son usadas como amuletos en China.
La directora de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Teresa Pérez, informó a la ANF que desde "2014 tenemos alrededor de 800 colmillos decomisados, estamos hablando aproximadamente de unos 56 jaguares muertos".
Sin embargo, ambientalistas recordaron que como los jaguares tienen cuatro colmillos, es posible que 200 de estos animales hayan sido sacrificados para extraerles estas piezas.
En los dos últimos años fueron detenidos dos ciudadanos de nacionalidad china en posesión de los colmillos con destino a la República Popular de China. Uno de ellos en 2014, tras un allanamiento a su domicilio que encontró los colmillos de jaguares; actualmente tiene medidas sustitutivas y no está en la cárcel.
Otro ciudadano del mismo origen, Jian Fang Xiao, está en la cárcel con detención preventiva y ha pedido medidas sustitutivas; Pérez manifestó que en este caso no corresponde suspenderle la detención porque existe riesgo de fuga, no tiene domicilio, familia ni una fuente laboral.
El ciudadano chino aprehendido se hallaba en posesión de siete piezas de colmillos de jaguar (que representan 2 jaguares muertos) y ofrecía 100 dólares por cada pieza de colmillo de jaguar que se le entregue. En China el precio es mucho más alto.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas inició acción penal por la comisión de delitos contra la vida silvestre establecidos en el artículo 111 de la Ley de Medio Ambiente y el artículo 223 del Código Penal.
El jaguar (Panthera onca) es una de las especies más afectadas por el comercio ilegal. Existe una demanda por su piel, colmillos, cráneos y otros órganos, empleados como amuletos o como medicinas tradicionales.
El jaguar (denominado "tigre" de manera común) enfrenta otras amenazas, como la pérdida y fragmentación de su hábitat y su conflicto con ganaderos, lo que ha generado la disminución de sus poblaciones de manera considerable.
Debido al comercio ilegal está penado por la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora, lo que significa que se prohíbe su comercio internacional.
Solo entre agosto 2014 y febrero de 2015, se lograron interceptar, gracias a la Empresa de Correros de Bolivia (Ecobol) y la Policía Forestal, ocho envíos provenientes de los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba con destino a China. En esos envíos habían alrededor de 186 piezas de colmillos de jaguar.
Según organizaciones defensoras de la vida silvestre, entre 2014, 2015 y 2016, se decomisaron un total de 344 colmillos de jaguar, lo que equivale a la muerte de 86 jaguares.
Pérez manifestó que por ser un atentado a la biodiversidad y al patrimonio del Estado, las autoridades buscan que las personas involucradas en el tráfico ilegal tengan la máxima sentencia de seis años de cárcel.
Lamentó que desde 2014, el permanente cambio de fiscales haya perjudicado el avance en el proceso.
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