En tanto que el Centro de Agua y Saneamiento Ambiental (CASA) halló residuos de carbón en la tierra. El Servicio Departamental de Salud (Sedes) hará una nueva evaluación de la salud de los pobladores en tres meses.
“Después del incendio sigue habiendo olor a goma. Ese olor nos afecta a nosotros más cuando el viento cambia, como se ve este hospital todos los días está lleno en la tarde y la mañana”, contó una vecina de Chaupiloma A, Emeteria Acero.
Mientras algunos vecinos sienten aún los efectos del incendio y se investigan las causas del incendio, la empresa Colina que tiene la concesión del vertedero evalúa con la Alcaldía cómo realizará la disposición de las cenizas quemadas.
Existen tres propuestas: dejarlas como están, encapsular los residuos en una geo-membrana o mover los residuos a una celda de seguridad de concreto.
Sobre el manejo futuro de los neumáticos que se desechan en el botadero se resolvió destruirlos y reciclarlos.
“Vamos a seguir con el plan de triturar y disponer las llantas, vamos a ser más ágiles en lograr que empresas y personas interesadas puedan venir con más frecuencia”, declaró el secretario de Desarrollo Sustentable de la Alcaldía, Eduardo Galindo.
En tanto que el compostaje, donde previamente se registró un incendio, se utilizará como abono en la reforestación del terreno con miras al cierre definitivo del botadero.
BUSES DEL SEDES Y NUEVA INFRAESTRUCTURA
Atención médica post incendio
El Servicio Departamental de Salud (Sedes) a través de los buses odontológicos que desplazó a K’ara K’ara luego del incendio atendió a 1.490 pacientes del 20 al 29 de abril.
“No aparecieron las patologías propias del incendio, vimos que éstas se van a ver a la larga”, aseguró el responsable del Programa de Buses Médicos Odontológicos del Sedes, Felipe Moya, a tiempo de indicar que el trabajo concluyó en mayo, pero volverán en tres meses para una nueva valoración.
Centro de Salud del barrio
Sin agua en los grifos, con cuatro consultorios para la atención, insumos en medio de los pasillos y varias madres esperando, es como se halla a diario el Centro de Salud de K’ara K’ara, al sud de la ciudad.
“Construyeron un nuevo centro de salud aquí a lado, pero por falta de un transformador no nos entregan, ya es casi un mes y medio”, lamentó el director del centro, Mauro Paredes. Cada día tres médicos atienden un promedio de 80 a 100 personas, lo que significa que cada uno es responsable de 25, cuando el número ideal es 15.
OPINIONES DE PERSONAS QUE VIVEN EN ÁREA DE INFLUENCIA
Catalina Condori, vecina de Ichocollo
“Sólo la basura está oliendo ahora”
Mis dos hijitos de dos y tres años se han enfermado de tos, gripe y fiebre casi dos semanas después de lo que ocurrió el incendio, pero ya están bien. Ya está tranquilo, sólo la basura está oliendo ahora, al día siguiente del incendio apenas hemos aguantado en Ichocollo, grave era el olor.
Mauro Paredes, director Centro de Salud K’ara K’ara
“Momento crítico después del incendio”
La atención es la habitual, los resfríos por esta época son principalmente en niños. El momento más crítico se vivió después del incendio y duró tres días según lo que hemos notado, se atendieron conjuntivitis, tos en adultos mayores y niños menores de un año, después ha sido más el tema político.
Emetria Acero, vecina de Chaupiloma “A”
“Hospital todos los días está lleno”
Después del incendio sigue el olor a goma, ese olor que nos afecta a nosotros más cuando el viento cambia, como se ve este hospital todos los días está lleno en la tarde y la mañana. Si habría más doctores nos atenderían más rápido, nosotros estamos esperando que nos entreguen el otro hospital.
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