El incendio de gran cantidad de totora en el lago Uru Uru, ubicado en la zona Sur de la ciudad de Oruro, contaminó ayer el aire de esta capital, provocando preocupación y zozobra en la ciudadanía, porque parecía un incendio de casas, de grandes proporciones.
El investigador e historiador de Oruro, Miguel Salas Aguilar, consideró que se trata de un “asesinato” del lago Uru Uru, porque se trata de la “quema de inmensos totorales que conlleva “la agresión a la avifauna autóctona de la zona, la terrible contaminación del ambiente y, principalmente, la erosión biológica de las especies que ven alterada su hábitat”.
Pidió al gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, que no se cruce los brazos ante este “crimen ambiental que realizan inconscientes personas que deben responder ante el desastre ambiental” que se inició el 10 de junio de 2016.
El ingeniero agrónomo, explicó que año tras año, ocurre este terrible atentado contra la naturaleza, especialmente en la época invernal.
“Hasta cuándo se tendrá a los culpables tras las rejas”, dijo.
Recordó que el mundo presenció la desaparición del inmenso lago Poopó del departamento de Oruro, y ahora se atenta contra el último reservorio de vida silvestre que debe ser cuidado, preservado, poniendo en plena vigencia las leyes ambientales nacionales, departamentales y municipales.
La humareda se pudo apreciar desde la zona Norte de la ciudad. Una gran nube de humo apareció en la zona sur, provocando la contaminación del aire, pero ante todo, la destrucción de los totorales que eran la casa de las aves silvestres que vivían en el lago Uru Uru.
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