El glaciar boliviano del Tuni Condoriri, cuyo nevado principal semeja un cóndor con las alas abiertas, desaparece poco a poco debido al cambio climático, que no sólo amenaza la belleza de ese recóndito lugar sino también la provisión de agua de las ciudades de La Paz y El Alto.
Oculto en medio de la Cordillera Real de los Andes, a 60 kilómetros de La Paz, ese macizo atesora un paraje luminoso, deshabitado casi por completo, pintado con la nieve de varias montañas, entre ellos el Condoriri de 5.800 metros de altitud, rodeado de lagunas cristalinas, humedales y fauna andina.
Al nevado principal llegan mayoritariamente montañeros y excursionistas extranjeros, tras un viaje de tres horas en autobús por una carretera asfaltada y luego por una trocha angosta de tierra, más otras tres horas a pie por senderos, a 4.500 y 5.000 metros de altitud, que coronan en la lengua de nieve del macizo.
Un grupo de jóvenes de La Paz, organizados en el movimiento Reacción Climática, ha comenzado a promover la visita al lugar de paceños y alteños, no sólo para que conozcan el paraje, sino para que entiendan la importancia del Tuni Condoriri en su vida diaria, pues de allí proviene hasta un 40 % del agua que consumen.
Ambas ciudades, con dos millones de habitantes juntas, están cerca de la Cordillera Real amenazada por el cambio climático.
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