El ingeniero químico Randy Cortright y sus colegas en Virent Energy Systems (Wisconsin, Estados Unidos), junto a otro equipo de investigadores dirigidos por James Dumesic, de la misma universidad encontraron el proceso por el cual los azúcares y los carbohidratos de residuos agrícolas pueden ser procesados como el petróleo para obtener de ellos todo un conjunto de productos útiles para la industria de los combustibles, la farmacéutica y la química.
La clave del avance está en un proceso denominado “reformado en fase acuosa”, un sistema usado para la obtención de hidrógeno a partir de biocombustibles y glicerina. “Al hacer pasar una disolución acuosa de azúcar y carbohidratos derivados de vegetales sobre una serie de catalizadores (materiales que aceleran las reacciones químicas sin consumirse ellos mismos en el proceso), las moléculas orgánicas, ricas en carbono, se dividen en componentes que se recombinan para formar muchos de los compuestos que son extraídos del petróleo”, explicaron los responsables del proyecto.
James Dumesic afirma que “un aspecto decisivo en este enfoque es que entre el azúcar o los materiales amiláceos (con almidón) de partida y los productos finales hidrocarbonados, los compuestos químicos pasan a través de un estado intermedio como una mezcla orgánica líquida integrada por compuestos funcionales”.
Los compuestos intermedios retienen el 95 por ciento de la energía de la biomasa, pero solo cerca del 40 por ciento de la masa, y pueden ser transformados en diferentes tipos de combustibles para el transporte, como gasolina, diésel y combustible para aviación. Algo muy importante que resaltan los investigadores es que la formación de este aceite funcional intermedio no requiere una fuente externa de hidrógeno, dado que se emplea el que ya contienen los productos de partida.
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