Los seres humanos están usando 50 % más recursos de los que la Tierra puede generar en forma sostenible, advirtió en un nuevo informe el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF por sus siglas en inglés.
La Tierra tarda un año y medio en reponer los recursos que la población global consume en un año y esto no es sostenible, señala el documento. La demanda de recursos naturales a nivel global se duplicó desde 1966 y si cada habitante del planeta consumiera como un estadounidense medio, se requerirían cuatro planetas para satisfacer esta demanda.
Los datos se encuentran en el informe "Planeta Vivo 2012", según el cual la biodiversidad mundial se ha reducido en un 30 % en promedio desde 1970 a 2008 y el impacto mayor se ha sufrido en los trópicos, donde la pérdida de biodiversidad llegó a un 60 %.
WWF llama en forma urgente a la búsqueda de soluciones en la conferencia Rio+20, el encuentro internacional que tendrá lugar en junio en la ciudad brasileña dos décadas después de la Cumbre de la Tierra de 1992.
"Rio+20 es una oportunidad para que el mundo despierte de una vez a la necesidad de un desarrollo sostenible", afirmó David Nussbaum, presidente de WWF en el Reino Unido.
"Necesitamos incrementar el sentido de urgencia. No se trata sólo de algo que afectará nuestras vidas, sino también del legado que dejaremos a las generaciones futuras".
HUELLA ECOLÓGICA
Para evaluar el estado de la Tierra, WWF utilizó dos herramientas, el Índice Planeta Vivo, que considera la salud de los ecosistemas, y la llamada Huella Ecológica, que mide la demanda y uso de recursos en relación a la capacidad de regeneración de los mismos.
Los diez países con mayor huella ecológica del mundo son Qatar, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca, Estados Unidos, Bélgica, Australia, Canadá, Holanda e Irlanda.
El informe toma en cuenta no solo el impacto de la actividad económica a nivel nacional, sino los recursos utilizados en productos importados.
"Puede sorprender ver a países como Dinamarca, conocidos como ecológicos, en una posición tan alta", dijo Gemma Cranston, de la Red Global de la Huella Ecológica, coeditora del informe.
"Pero la huella toma en cuenta las importaciones y su costo para el medio ambiente".
Los países ricos tienen de media cinco veces más impacto que los menos desarrollados, pero el mayor declive en biodiversidad lo sufren los países más pobres, que "subsidian el estilo de vida de los países ricos", según el documento.
El documento apunta que las economías emergentes de los países denominados Brics (Brasil, Rusia, India, Indonesia, China y Sudáfrica) y las naciones de ingreso medio aumentaron su huella ecológica.
WWF también midió mensualmente la escasez de agua en más de 400 sistemas fluviales, concluyendo que cerca de 2.700 millones de personas sufren falta de agua al menos un mes cada año.
El informe apunta además a la necesidad de cambiar lo que considera otro problema crucial: el desperdicio de 30 % de alimentos a nivel global que o bien son botados en los países ricos o no pueden ser almacenados por falta de infraestructura en los países en desarrollo.
"MAS IMPORTANTE QUE EL DINERO"
El documento fue elaborado conjuntamente con la Red Global de la Huella Ecológica, Global Footprint Network, y la Sociedad Zoológica de Londres, ZSL por sus siglas en inglés.
"Si se tratara de un declive similar en las bolsas de valores, habría pánico en los mercados internacionales", dijo Tim Blackburn, de ZSL.
"La naturaleza es más importante que el dinero. La humanidad puede vivir sin dinero, pero no podemos sobrevivir sin la naturaleza y los recursos que provee".
El informe recomienda varias medidas, como la reducción drástica del uso de combustibles fósiles y su sustitución por energías renovables, el fin de subsidios a actividades de gran impacto ecológico, el uso más eficiente del agua y la compra y producción de productos fabricados en forma sostenible.
El borrador del documento central de discusión para la conferencia Rio+20 también recomienda que los gobiernos utilicen medidas de actividad económica que incluyan el costo del impacto ecológico y el uso del llamado "capital natural".
No es demasiado tarde para cambiar de rumbo, dijo Nussbaum, pero "debemos tratar este problema con la misma urgencia y determinación con que se enfrentó la crisis financiera".
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