Los frescos ingresos económicos por el gas hacen que Chuquisaca rediseñe su plan de desarrollo. La reciente certificación de la conexión entre los campos Margarita (Tarija) y Huacaya (Chuquisaca), en el límite interdepartamental, permite que la Gobernación mire el futuro más allá de los hidrocarburos, con proyectos de riego para la producción.
Por los recursos energéticos compartidos en el reservorio, el dinero de regalías e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) ascenderá de 20,14 millones de dólares a casi 36 millones de dólares, o sea, aproximadamente el mismo monto del presupuesto del gobierno departamental en 2011, que llegó a 249,4 millones de bolivianos.
Esperanza. El gas en las entrañas de su territorio es la esperanza de Chuquisaca. No en vano es el principal producto de exportación regional: dejó en las arcas 164,4 millones de dólares el año pasado, 10,5 millones más que en 2010; por encima del oro, con 69,1 millones, y los cascos de fieltro para sombreros, con 4,2 millones de dólares, de acuerdo con un informe de la Fundación Milenio.
Hasta ahora, el único campo productor chuquisaqueño era Vuelta Grande, con 1,8 millones de metros cúbicos anuales de gas, en la provincia Luis Calvo. Allí también se halla Huacaya, que en su reservorio Huamampampa H1b, unido al campo tarijeño Margarita, incrementará su producción de 3.000 a 15.000 millones de metros cúbicos hasta 2014.
Los cálculos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) son alentadores, señala el secretario de Hidrocarburos y Energía de la Gobernación de Chuquisaca, Felipe Molina Flores, porque ello implicará más ingresos: si este año las regalías y el IDH para el departamento sumarán casi 36 millones de dólares, ello casi se duplicará en tres años.
Para 2013, se estima que el dinero proveído a la región por Huacaya-Margarita se incremente a 50,65 millones de dólares; para 2014, a 69,82 millones, y para 2015, a 69,65 millones. Y si se toma el total de la actual producción de hidrocarburos en Chuquisaca, los recursos por regalías e IDH subirán de 135,54 millones en 2012, a 182,85 millones para 2015.
Además, en el horizonte hay otros pozos gasíferos que, de confirmarse que cuentan con reservas, elevarán estos guarismos, arguyen Molina y el experto Fernando Rodríguez Calvo. Como el de Incahuasi, que conectaría Chuquisaca y Santa Cruz; y autoridades cruceñas ya expresaron su apertura para compartir los ingresos si un estudio técnico confirma ello.
“También está el bloque Caipipendi XD, cerca de Huacaya, en manos de Repsol; el bloque Azero, con Gazprom, en el límite con Santa Cruz; el bloque Itacaray, con GTLI; el Ingre X-I y Monteagudo, con Petrobras. Así, Chuquisaca es un atractivo para las inversiones en cuanto a exploración y una futura exportación de hidrocarburos”, dice Rodríguez.
Lo obtenido con el gas se destinará a proyectos de riego y agropecuarios, anuncia Molina. “El agua es lo principal. Nuestro nuevo plan de desarrollo departamental se conectará con el plan nacional que postula el Vivir Bien. Chuquisaca puede vivir con el gas, pero es un recurso no renovable y hay que repensar nuestro futuro con los hidrocarburos”.
Rodríguez subraya que ahora la región tiene que sembrar el gas, “no farreárselo como en el pasado”, e invertirlo en infraestructura caminera y aeroportuaria, salud y educación, planes de energías renovables, hidroeléctricos, eólicos y geotérmicos. Y sobre todo, diseñar un plan de desarrollo mancomunado entre universidad, municipios y Gobernación.
El gobernador Esteban Urquizo Cuéllar explica que los proyectos construirán un departamento productor que impulse emprendimientos agropecuarios y, especialmente, garantice seguridad y soberanía alimentarias para los chuquisaqueños y para el país. “Con el gas tendremos agua, y con ella, desarrollo”, afirma.
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