En el año 2009, el glaciar Chacaltaya desapareció y la noticia parece que no afectó a la población o pasó desapercibida ya que no se conoce de ninguna reacción que manifieste el riesgo de que las ciudades de La Paz y El Alto, se vean en un futuro no tan lejano, sin la provisión suficiente de agua para el consumo humano.
El Chacaltaya cuya cumbre estaba en los 5.395 metros sobre el nivel del mar, no sólo que era un proveedor de agua potable sino que constituía la pista de esquí más alta del mundo.
Hoy, sus instalaciones y la cabaña construida como refugio lucen solitarias y abandonadas en medio del macizo rocoso antes cubierto de nieve que permitía la práctica de ese deporte.
El fenómeno se está repitiendo en otros glaciares como el Tuni Condoriri que, según informes de la prensa internacional en los últimos años retrocedió entre 400 y 600 metros su cubierta de nieve.
Los expertos calculan que este glaciar, que también es un proveedor de agua potable para las dos grandes urbes, desaparecerá en el año 2025.
Nuestra región también padece de este fenómeno y sólo basta ver el majestuoso Sajama de hoy y compararlo al de sólo 10 años atrás cuando lucía su manto blanco de una increíble belleza. Actualmente es más roca que nieve.
Este preocupante panorama es una de las consecuencias del cambio climático o del calentamiento global que, al elevar la temperatura, provoca el derretimiento de los glaciares, con las consecuencias negativas que ello trae consigo tanto en la dotación de agua como impactos en la flora y fauna del lugar.
El fenómeno es mundial. El hielo de los polos también está en proceso de derretimiento y los científicos vaticinan que si no se hacen los esfuerzos necesarios para frenar el calentamiento o bajar la temperatura global, el mundo se verá afectado por grandes catástrofes provocadas por prolongadas sequías e inundaciones.
Varias han sido las cumbres ambientales efectuadas a nivel global, pero ninguna logró, por lo menos hasta ahora, concretar un acuerdo mundial para luchar contra el calentamiento.
Son las grandes potencias las que deben lograr este consenso porque son sus industrias las que mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono producen las que, a su vez, son las causantes del cambio climático.
Urge entonces, frenar el calentamiento para evitar el derretimiento de los glaciares, principales proveedores de agua para la humanidad.
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