La Cámara de Diputados brasileña aprobó una controvertida reforma de las leyes que regulan el uso de los suelos y que reduce las áreas verdes protegidas en favor de mayor actividad agropecuaria, en medio del rechazo generalizado de los ecologistas.
La reforma del llamado Código Forestal fue aprobada con una sólida mayoría en la Cámara Baja. Será remitida a la jefa de Estado. Dilma Rousseff, como su antecesor del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva, con quien se encontró ayer, desde hace casi dos años, durante la campaña electoral que la convirtió en la primera mujer presidente de Brasil, se manifestaron contra la ley. Dilma afirmó que vetará algunos de los aspectos más polémicos.
Veto. Entre las aristas más combatidas de las norma se cuenta la amplia amnistía para los hacendados que, durante las últimas décadas y en contra de las leyes actuales, deforestaron donde estaba prohibido y mantienen en esas zonas degradadas su actividad agropecuaria. Contra ese perdón generalizado se han plantado organizaciones de defensa del medio ambiente, como Greenpeace, que mantienen desde hace meses una campaña que han bautizado como “Veta Dilma”.
Entre los aspectos del proyecto que preocupan a los ecologistas está una reducción de las áreas de selva protegidas en propiedades privadas de la región amazónica. Hasta ahora, eran equivalentes al 80% de esas propiedades; con las nuevas normas de la ley reformada pasarán a ser sólo la mitad.
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