Al sur del parque Isiboro Sécure, límite departamental entre Cochabamba y Beni, se observan casas improvisadas de madera y casi todos los que allá habitan son inmigrantes que llegaron desde el occidente del país. Los pobladores se ganan la vida con la agricultura, aunque ya existen tiendas, talleres mecánicos, servicio de transportes e incluso un salón de fiestas.
Hay algo más. En el TIPNIS todos lo saben, pero casi nadie lo dice. Es un secreto a voces que algunas autoridades nacionales reconocieron, pero siempre minimizaron. Las plantaciones de coca cercan la reserva natural.
No es tiempo de lluvias y el río Isiboro alcanza apenas medio metro de altura. Una camioneta Mercedes Benz modelo 1963 cruza el caudal y conecta con una senda de tierra que se abre paso entre árboles y troncos.
Desde Cochabamba ése es el ingreso principal al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. Para ingresar a la reserva hay que subirse en autos cincuentenarios que parten desde la población de Isinuta; el punto de partida del tramo II de la futura carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
Página Siete llegó hasta las orillas del río Ichoa (zona central del TIPNIS, a 110 kilómetros de Isinuta), donde se acaba el camino de tierra y sólo se puede continuar a través de canoas para llegar a territorio yuracaré.
La comunidad Isiboro es una de las primeras que cruza la camioneta. Una posta de salud y una tienda de refrescos se divisan junto a otras construcciones precarias. Allí, a pocos metros de la ruta de tierra, una lona de cuatro metros de largo por tres de ancho sirve de base para que las hojas de coca puedan secar.
“Nosotros no tenemos carretera y a veces hay que esperar hasta cinco días para sacar arroz, yuca o plátano al mercado del Chapare. Las naranjas se echan a perder”. Es la justificación que brinda Marcial Mamani, de la comunidad Icoya (60 kilómetros al norte del ingreso al Parque).
Él, como una gran cantidad de colonos que llegaron a la reserva hace más de tres décadas, justifica las plantaciones de coca debido a la falta de ingresos económicos. “La coca da ganancias que ningún otro producto nos da”.
La imagen de las hojas bajo el sol de la mañana se repite en la mayoría las comunidades que atravesó este medio durante su recorrido por el TIPNIS.
En Isiboro, Santísima Trinidad, Patiño Norte, 1° de Mayo, Bolívar, Nueva Aroma, San Juan de Icoya, Paraíso, Moleto e Ichoa se puede ver a la hoja de coca secando en las puertas de las casas, al borde de las carreteras, en patios y también en una cancha.
Fructuoso Domínguez, que vive en la región hace más de 23 años, cuenta que la coca llegó a la reserva forestal antes que él y que las autoridades siempre lo supieron. “Ahora respetamos el cato, estamos afiliados a las Seis Federaciones del Trópico”.
Los indígenas temen que estos cultivos, una vez que exista carretera, invadan el TIPNIS.
Para destacar
Admisión El presidente Evo Morales, en una anterior oportunidad, advirtió que es ilegal el sembradío en los parques nacionales.
Rechazo Las Seis Federaciones de cocaleros del trópico cochabambino negaron tener afiliados que planten coca en el Isiboro Sécure, sin embargo los colonos del lugar aseguran estar afiliados en la Central 15 de Diciembre.
Asentamiento De acuerdo con las estimaciones, existen alrededor de 20.000 familias asentadas en el límite sur del parque Isiboro Sécure.
No hay comentarios:
Publicar un comentario