Brasilia. Miles de personas tomaron ayer las calles de varias ciudades de Brasil en protesta por la construcción de una enorme represa en la amazonia, que obligará a desplazar a 50.000 indios y campesinos, según sostienen diversos movimientos sociales.
Las mayores manifestaciones fueron en las ciudades de Sao Paulo y Belén, capital del estado de Pará, en cuya región sur se emplazará la que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, por detrás de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y la china de Tres Gargantas.
“La represa de Belo Monte significa la última puñalada al corazón de la amazonia”, declaró en Belén el presidente del Consejo Indígena Misionero, Erwin Krautler, quien es además obispo de Xingu, zona en la que las obras inundarán 516 kilómetros cuadrados de selva y, según los pueblos, va a obligar a desplazar de sus hogares a cerca de 50.000 personas.
Además de Belén, donde se concentraron unas 2.000 personas, y Sao Paulo, hubo manifestaciones similares en las ciudades de Brasilia, Río de Janeiro, Fortaleza, Joao Pessoa, Recife, Salvador, Santarém, Florianópolis, Cuiabá, Manaus y Belo Horizonte.
Los participantes en las protestas entonaron consignas contra las obras y recordaron que cuentan con respaldo de diversos organismos tanto de Brasil como del exterior, entre ellos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional. El proyecto de Belo Monte fue planteado en la década del 70 por la dictadura militar que gobernaba entonces el país y reflotado en años recientes por el Gobierno del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario