sábado, 30 de enero de 2016

A 16 años del derrame de petróleo en el Desaguadero hay temas irresueltos

El 30 de enero del año 2000, la empresa transportadora de hidrocarburos Transredes fue protagonista de una de las catástrofes ambientales más grandes de la región, pues se derramaron 29 mil barriles de petróleo reconstituido en el Río Desaguadero y a 16 años de este hecho aún existen temas irresueltos.

Esto ocurrió en el sector de Sica Sica cuando se rompió el ducto que transportaba petróleo de Bolivia a Chile, afectando la flora, fauna, suelos y agua de más de un millón de hectáreas y a 127 comunidades de los departamentos de Oruro y La Paz.

La responsable de Comunicación del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), Norma Mollo, indica que los efectos más peligrosos a la salud de residuos de petróleo son invisibles, entre ellos se encuentra el btex, que es el benceno, tolueno, etil benceno y xileno, un grupo de compuestos orgánicos volátiles encontrados en los residuos de petróleo. Este compuesto puede ser causante de cáncer y malformaciones.

El btex puede ser transmitido del pasto y el agua a los animales, de los animales a la gente a través de la carne y de las madres a los fetos en el vientre. Estas toxinas pueden también ser absorbidas a través de la piel, por la ropa lavada en aguas contaminadas o aspiradas al sistema respiratorio.

Producto de este derrame, se ejecutó una auditoría ambiental a la empresa Transredes, dictaminándose una compensación económica de 6,5 millones de dólares por haber causado pérdidas en los cultivos, pastos nativos, mortalidad de ganado, entre otros.

"Esta compensación resultó finalmente insuficiente ante los muchos temas que no fueron atendidos y que quedan aún pendientes, como el monitoreo ambiental de aguas, suelos y bentos, que debió efectuarse a lo largo del río Desaguadero, periódicamente en coordinación con la autoridad ambiental y los comunarios. La empresa Transredes nunca llegó a compensar por las enfermedades causadas a los animales, peor aún por la pérdida de la calidad de agua y suelo", sostiene Mollo.

En cuanto a lo social refiere que el derrame ocasionó la desarticulación de la estructura organizativa comunitaria. Lo más preocupante, sin embargo, es que surgieron conflictos entre comunidades, a la vez entre familias de una misma comunidad e inclusive conflictos en la unidad familiar, entre hermanos, padres e hijos.

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