Una treintena de estudiantes desnudos corrió ayer la tradicional carrera navideña por la Universidad de Filipinas, mientras repartía rosas, para llamar la atención sobre la contaminación de los ríos del archipiélago asiático.
Los corredores, cubiertos sólo con pasamontañas y máscaras, se abrieron paso a duras penas entre la bulliciosa multitud, formada por cientos de personas que se congregaron en la escalinata del edificio Palma del recinto universitario.
Dos de los participantes alzaban pancartas que alertaban de la suciedad que mata a los ríos filipinos y el resto repartía rosas entre las jóvenes espectadoras que dejaban escapar chillidos de histeria. "Creo que hay una competición por ver qué chica colecciona más flores. No paran de empujar", comentó Vanessa Manabat, una antigua alumna de la Universidad que acudió a presenciar el evento que, este año, duró unos 20 minutos.
Esta Carrera de Ofrenda, bautizada así en homenaje a una estatua de la Universidad que lleva ese nombre, nació en 1977 con la hermandad de estudiantes "Alfa Phi Omega" para dar publicidad a la película de uno de sus cofrades titulada Héroe desnudo.
"Eran los tiempos de la ley marcial del dictador Ferdinand Marcos y entonces estaba de moda en el mundo desnudarse por la paz. Al principio luchábamos por causas políticas, pero este año lo hacemos para salvar los ríos filipinos", explicó a EFE Armand Padilla, socio de la hermandad y uno de los fundadores de la tradición.
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