La Secretaria Ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (Unfccc), Christiana Figueres, en entrevista exclusiva con Los Tiempos, desde su oficina en Durban, Sudáfrica, donde se lleva a cabo la 17ma Conferencia de las Partes (COP17), analiza dos décadas de creación de este organismo en el que se debate la forma en cómo los países enfrentan las consecuencias del cambio climático, sus desigualdades y sus acuerdos.
Los Tiempos (LT): ¿Cuál es el balance que hace de los 20 años de creación de la Convención? ¿Cuáles han sido los logros y cuáles los principales obstáculos?
Christiana Figueres (CF): Los logros de la Convención son dos instrumentos vinculantes para todos los países. El primero es la Convención en sí, y el segundo el Protocolo de Kyoto (PK), además el haber establecido a través de estos instrumentos, la expectativa entre todos los países de que la acción de cambio climático se hace conjuntamente, con la participación de todas las naciones.
Podríamos empezar a ver los números de mitigación, donde no soy la primera en decir que la mitigación no es la suficiente, que tenemos que incrementar la mitigación que hemos logrado hasta ahora, como lo han dicho recientemente varios estudios, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que este es un tema que, a lo largo de estos 20 años, gracias a la Convención y al Protocolo, ha estado en crecimiento.
La Convención produce efectos, no solamente en el marco de los textos de negociación y en los gobiernos nacionales, sino que más bien repercute en una gran cantidad de sectores. Ya tenemos que, de las 500 compañías más grandes del mundo, todas están reportando sus emisiones; tenemos una gran cantidad de municipios que han tomado retos para la mitigación y sólo el año pasado hubo un incremento de inversión en energía renovable de 30 por ciento, llegando a 200.000 millones de dólares. La Convención debe ser juzgada no sólo por lo que hace dentro, sino por todos los efectos positivos que repercuten en los demás sectores de la sociedad.
LT: ¿Qué alternativas se están presentando ante una posible cesación del Protocolo de Kyoto (PK)?
CF: El PK no cesa, no tiene ninguna fecha en la que termine, lo que concluye es el primer periodo de compromiso que terminará en diciembre de 2012, por lo tanto, desde hace algunos años, los países han estado viendo cómo logran continuar la política y el marco regulatorio internacional que rige el control de las emisiones. El año pasado en Cancún no se logró; si bien se lograron muchos otros resultados, no se pudo llegar a un acuerdo en este punto, pero esa ha sido la tarea de los países durante este año.
Ya tienen nueve meses de estar explorando la posibilidad que fue ofrecida por la Unión Europea, de considerar un segundo periodo de compromiso bajo ciertas condiciones. Lo que se está viendo en Durban es cuáles serían esas condiciones.
LT: ¿Por qué la ciencia no ocupa un rol más central en las discusiones de la COP?
CF: Al contrario. Todo lo que hace en la Convención es en base a la ciencia, si ésta no nos dijera que tenemos un problema, no estaríamos acá. El hecho de que haya una Convención es precisamente en respuesta a la ciencia, y la Convención siempre está atenta a los progresos de la ciencia, estamos ahora atentos al V Reporte que se está empezando en el IPCC.
LT: ¿Cuál considera que son los mayores desafíos respecto a la transferencia de tecnología?
Quizá son dos, no sólo la transferencia sino también el desarrollo de la tecnología. Tenemos que buscar los instrumentos de legislación y financieros que permitan que esas tecnologías que en este momento no han sido difundidas a lo largo y ancho de todos los países que las necesitan y que podrían aprovecharlas, puedan ser accesibles. Ese va a ser uno de los retos y temas que tendrá como responsabilidad el mecanismo de tecnología. Pero además de eso, no es sólo la difusión, sino un llamado en principio y primordialmente al sector público, que es el que puede empezar a poner capital en el desarrollo de nuevas tecnologías que puedan permitir particularmente a los países en desarrollo, seguir con un crecimiento económico que deben tener, pero con baja huella de carbono.
LT: ¿Cuál es el papel de América Latina en torno a las medidas de mitigación del Cambio Climático?
CF: Algunos países y poblaciones de América Latina son de los más vulnerables en el mundo, ya sea por la escasez de agua para la agricultura, derretimiento de glaciares o por su ubicación geográfica. Uno de los temas más importantes para América Latina es la adaptación. Es lograr que se vaya incrementando el apoyo a la mitigación a nivel internacional y nacional.
Igualmente América Latina, no siendo una de las regiones más altamente emisoras del mundo, sí tiene un grupo importante de economías medias, que no son las más grandes, ni las más pequeñas, pero sí economías medias emergentes que tienen una gran posibilidad de contribuir a la solución.
Vemos a Brasil y México para nombrar dos, pero igualmente otros más pequeños, como Colombia, Chile, o la propia Costa Rica, que son países que han tomado el liderazgo en decir que ellos están anuentes, no solo en hacer su adaptación (con apoyo, por supuesto), sino también a contribuir con la solución mitigando y controlando sus propias emisiones, algunas con presupuesto nacional, y las otras con apoyo tecnológico y financiero internacional.
LT: ¿Qué obstáculos encuentra el Fondo Verde, acordado en Cancún, para ser efectivo?
CF: El Fondo Verde se acordó (en teoría) en Cancún. Durante todo este año hemos tenido 40 gobiernos que han estado trabajando muy seriamente sobre el diseño del Fondo Verde, y ellos han acordado elevar el texto que resultó de ese proceso a la consideración de la Conferencia de las Partes, para su aprobación. Este texto fue introducido por el Ministro de Desarrollo de Sudáfrica, que fue uno de los copresidentes junto con México y Noruega.
En su gran mayoría, los países quisieran que ese texto sea aprobado acá en Durban, porque saben que el Fondo es uno de los instrumentos críticos de apoyo para los países en desarrollo y que de lo que se trata Durban es, precisamente, de darle un espaldarazo, un buen apoyo, a los países en desarrollo.
Es demasiado temprano para saber exactamente qué cambios habrá que hacerle al documento. Me parece que a lo mejor hay que incorporar algunos cambios, pero tenemos confianza que va a ser aprobado.
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