El proyecto de la represa de El Bala generó el rechazo de 16 comunidades del Madidi y Pilón Lajas, porque temen que sus pobladores puedan desaparecer con la ejecución de esta obra, razón por la que exigen una consulta previa antes de que inicien los trabajos.
Las comunidades que rechazaron la represa de El Bala, mediante un voto resolutivo, habitan en los ríos Beni y Quiquibey, próximas a Rurrenabaque y San Buenaventura. El pronunciamiento fue entregado al Defensor del Pueblo para que pueda interceder por sus derechos.
Las comunidades que se oponen a la obra son: Carmen Florida, Real Beni, San Miguel, San Antonio de Sani, Embocada, Asunción del Quiquibey, Gredal, El Corte, San Luis Chico, San Luis Grande, Torewa, Villa Arcilla Bolsón, Bisal, San Bernardo, Charque y San José de Uchupiamonas.
Las 16 comunidades se reunieron con otras cinco que se encuentran en Alto Beni, las mismas que también rechazaron el proyecto por el impacto ambiental y social.
También consideran que la represa causará una gran destrucción del ecosistema y que las comunidades indígenas serán expulsadas de sus territorios para hacer viable este proyecto, ya que implica la inundación de parte del Madidi y Pilón Lajas. Además, evidencia que esta represa viola el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente saludable.
Hace dos semanas, el Gobierno contrató a la empresa italiana Geodata por 22 millones de dólares para realizar un estudio de viabilidad económica y medioambiental sobre la construcción de esa represa, que se construiría en el estrecho de El Bala, en las cercanías de Rurrenabaque y San Buenaventura. Al detener las aguas que fluyen de sur a norte en el país, se inundaría una extensa zona en la parte sur.
Geodata tiene dos años para realizar el estudio y ver distintas opciones, como hacer una sola gran represa u optar por varias de tipo "cascada", algo que aminoraría algo los daños ambientales.
Activistas medioambientalistas han señalado que esta obra causaría un grave efecto sobre el medioambiente y las comunidades indígenas, que tendrían que ser trasladadas. La obra se debate desde 1950, y ha sido descartada en varias oportunidades por el costo medioambiental y social que causaría su construcción.
El voto resolutivo expresa que el ecoturismo, la gestión de las áreas protegidas y los programas sostenibles agroforestales serán afectadas si se viabiliza esta represa y que ellos desarrollan emprendimientos amigables con el medioambiente.
El representante del proyecto turístico Chalalán, Neil Palomeque, expresó a ANF que si se logra hacer la represa las comunidades se quedarían sin fuente de trabajo y sus casas serían inundadas. Agregó que no se podría llegar al parque Madidi porque no sería posible cruzar el río Beni.
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