lunes, 20 de julio de 2015

Las claves de la Amazonia

Según un estudio científico publicado por la revista Nature Communications, la mitad del carbono de la Amazonia está almacenado y es reciclado por el 1% de las algo más de 16.000 especies de árboles que albergan los bosques de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco.
Estos bosques, de una extraordinaria diversidad, contienen, a lo largo de su área de seis millones de kilómetros cuadrados, unos 390.000 millones de árboles.
El informe, coordinado por la red Rainfor -Red Amazónica de Inventarios Forestales- y liderado desde las universidades de Leeds y Oxford, y en el que también ha intervenido la Universitat Politécnica de València (UPV), muestra que las especies más abundantes no almacenan o procesan necesariamente la mayoría del carbono.
MÁS DE 500 PARCELAS ESTUDIADAS
En este trabajo, los investigadores han analizado más de 500 parcelas de la Amazonia y 200.000 árboles correspondientes a unas 3.600 especies, comparando la abundancia, las reservas de carbono y el crecimiento de cada especie.
"Estas parcelas son valiosísimas como sitios de observación, porque allí se mide, árbol a árbol, y a lo largo de los años, el volumen de madera para convertirlo así en cantidad de carbono que los árboles almacenan”, explica Rafael Herrera, investigador emérito del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas.
La investigadora de la Escuela de Geografía de la Universidad de Leeds, Sophie Fauset, autora principal del trabajo, indica que era conocida la abundancia de ciertas especies en la Amazonia, "pero no sabíamos si éstas dominan, de hecho, el ciclo del carbono en estos bosques”.
"Encontramos que, mientras algunas especies que son muy comunes frecuentemente almacenan una gran cantidad de carbono, otras almacenan o crecen mucho más de lo que su abundancia sugiere”, afirma.
Rafael Herrera, por su parte, asegura que "en un bioma tan extenso y diverso como la Amazonia, entender el ciclo del carbono constituía un gran desafío”.
"El hecho de encontrar que sólo una pequeñísima fracción de las especies es responsable de la mitad de la biomasa y del ciclo del carbono, puede ayudarnos a predecir la evolución de los bosques tropicales en un clima cambiante”, destaca Herrera.
No obstante, los investigadores alertan también del peligro de subestimar el 99% restante de la diversidad de especies de la Amazonia.
"El estudio determina qué plantas son más importantes al día de hoy, pero obviar el resto podría derivar en un serio peligro para la pervivencia del bosque amazónico como captador de dióxido de carbono si alguna de estas especies sucumbe a consecuencia del cambio climático”, apunta Herrera.
UNA COMPLEJA BIOLOGÍA
Desde la red Rainfor señalan que a medida que el clima en la Amazonia continúe cambiando, "podemos esperar que un conjunto muy diferente de árboles entre en acción, incluyendo algunos apenas conocidos hoy”.
"Por eso se ha de tener en cuenta toda la diversidad de los bosques analizados”, según Herrera, que añade que el bosque tropical "necesita de todas las especies interrelacionadas porque su compleja biología lo exige”.
Entre las especies que almacenan más carbono se encuentra la Bertholletia excelsa. En la Amazonia menos de uno de cada 1.000 árboles corresponden a esta especie, pero ocupa el tercer lugar entre las que más carbono almacenan y el cuarto en cuanto a crecimiento.
Destaca también la Eperua falcata, capaz de fijar nitrógeno directamente de la atmósfera; la palmera Iriartea deltoidea y un árbol de la familia Moraceae, Psudolmedia laevis, según Herrera, que indica que "algunas especies dominan por su gran tamaño y otras por la eficiencia de uso de agua o de nitrógeno”.
"Los bosques tropicales y particularmente la Amazonia constituyen uno de los mecanismos más importantes en todo el mundo para el control del ciclo de carbono”, asegura el investigador, que indica que este estudio ofrece datos de gran relevancia para conocer el comportamiento y evolución de la mayor reserva forestal del mundo. (EFE Reportajes)

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