Un total de 17 comunidades que habitan en las áreas protegidas Madidi y Pilón Lajas rechazan el proyecto de que se construya una represa en el estrecho de El Bala por considerar que la obra los pone “en riesgo de desaparecer”, por lo que exigen una consulta previa antes de que se inicie el proyecto.
Las 17 comunidades, que viven en los ríos Beni y Quiquibey (en las cercanías de Rurrenabaque y San Buenaventura) rechazaron el proyecto mediante un voto resolutivo y entregaron esta resolución al Defensor del Pueblo para que esta instancia pueda interceder por sus derechos.
Esas comunidades son Carmen Florida, Real Beni, San Miguel, San Antonio de Sani, Embocada, Asunción del Quiquibey, Gredal, El Corte, San Luis Chico, San Luis Grande, Torewa, Villa Arcilla Bolsón, Bisal, San Bernardo, Charque y San José de Uchupiamonas.
“La mega Represa del Bala ocasionará una total y gran destrucción de los ecosistemas y sus recursos, que las comunidades indígenas y campesinas seremos expulsadas de nuestras tierras y nuestras culturas y por ende enfrentamos un riesgo de desaparecer”, dice el voto resolutivo, firmado en mayo y dado a conocer públicamente en julio.
Esas 16 comunidades se reunieron con otras cinco que se encuentran en Alto Beni y que también rechazaron el proyecto por el impacto ambiental y social y el poco beneficio que les daría.
También consideran que la represa causará una gran destrucción del ecosistema y que las comunidades indígenas serán expulsadas de sus territorios para hacer viable este proyecto, ya que implica la inundación de parte del Madidi y Pilón Lajas.
Además, evidencia que esta represa viola el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente saludable.
Ambientalistas han señalado que la obra causaría un grave efecto sobre el medioambiente y las comunidades indígenas, que tendrían que ser trasladadas.
El voto resolutivo expresa que el ecoturismo, la gestión de las áreas protegidas y los programas sostenibles agroforestales serán afectadas si se viabiliza esta represa y que ellos desarrollan emprendimientos amigables con el medio ambiente.
El representante del proyecto turístico Chalalán, Neil Palomeque, expresó que si se logra hacer la represa las comunidades se quedarían sin fuente de trabajo y sus casas serían inundadas.
Estudios
Hace dos semanas, el Gobierno contrató a la empresa italiana Geodata por 22 millones de dólares para realizar un estudio de viabilidad económica y ambiental sobre la construcción de una represa en el estrecho de El Bala, en las cercanías de Rurrenabaque y San Buenaventura.
Ambientalistas y comunarios del lugar temen el riesgo de inundaciones.
Geodata tiene dos años para realizar el estudio y ver distintas opciones, como hacer una sola gran represa u optar por varias tipo “cascada”, algo que aminoraría los daños ambientales.
La posibilidad de ejecución de la obra se debate desde 1950.
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