La Liga del Medio Ambiente (Lidema) renovó ayer su compromiso con el desarrollo sostenible, promoviendo la transformación de las actuales características insostenibles de producción, consumo y distribución.
Para lograr un desarrollo sostenible, se necesita un cambio de actitud y comportamiento en todas las comunidades y ciudadanos. No podemos esperar, tampoco equivocarnos: la Madre Tierra depende de las acciones, individuales y colectivas, que tomemos hoy, afirma en su declaración, al celebrar los 25 años de trabajo.
Cambio estructural
Reconoce que el proceso será complejo y requiere de mucho esfuerzo porque el objetivo es lograr un cambio estructural destinado a que las presentes y futuras generaciones de bolivianos vivan bien, respetando y valorando la diversidad cultural y los derechos iguales e inalienables de todas las personas. Basados en los valores y principios, reafirman la voluntad de promover una democracia participativa y deliberativa.
Para ello, Lidema se compromete a continuar precautelando el derecho al acceso oportuno a la información ambiental, la participación en los procesos de adopción de decisiones, el acceso a la justicia socioambiental, así como el ejercicio pleno y fundamentado del control social en los diferentes niveles y espacios territoriales.
De igual manera, promover la valoración de la diversidad cultural y el cuidado de los ecosistemas que acogen, instando a la reducción de las presiones que sobre ellos se ejerce, para garantizar una vida digna de todas las naciones y pueblos que conforman Bolivia.
Exhortación
Consciente de que la construcción del desarrollo sostenible es de gran dimensión, Lidema exhorta a todas las personas, instituciones y organizaciones del país, a sumar y complementar capacidades, a partir del diálogo de saberes y de un enfoque integral, reafirmando que el objetivo principal del desarrollo es el vivir bien, como lo plantea la Constitución Política del Estado.
En el marco del respeto a las diferencias y a la diversidad cultural, convoca a realzar la reciprocidad y la solidaridad como valores fundamentales y a mantener una actitud propositiva y proactiva en la resolución de conflictos, asumiendo que las personas no somos dueñas de la naturaleza; sino parte de ella, y sólo aceptándolo así, podremos vivir en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, en miras a aportar a la construcción del Estado Plurinacional. (ABI)
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