Efecto: La producción agrícola en el oriente del país se verá afectada. En Santa Cruz, el nivel de contaminación subió en 400%.
Los incendios forestales amenazan a la biodiversidad boliviana y podrían generar el brote de la malaria, según distintos informes de la Liga del Medio Ambiente (Lidema) y del Proyecto Aire Limpio de Swisscontact y el Ministerio de Salud.
El coordinador nacional de Lidema, Edwin Alvarado, explicó que la quema en el oriente de Bolivia afecta al sistema ecológico, a la fauna y la flora. “Hay que recordar que Bolivia es un país megabiodiverso y (con los incendios forestales) estamos disminuyendo ese potencial que podría servir para usos agrosirvopastoriles sin tumbar bosques; para el aprovechamiento en actividades ecoturísticas sostenibles”, dijo.
Con Alvarado coincidió, por separado, Freddy Koch, director de Swisscontact, quien además explicó que con las quemas ya se perdió mucha biodiversidad. “Corremos riesgo como país de perder zonas que son de mucha importancia para el medio ambiente”, señaló.
Además, Alvarado agregó que las regiones damnificadas podrían convertirse en un lapso de veinte años en arenales “si no se trabaja adecuadamente”.
Entre tanto, las primeras muestras de lo que están ocasionando los incendios se verá en esos terrenos, porque perderán la capacidad productiva; la quema incorporará un poco de ceniza al suelo, lo que producirá su degeneración natural. “Con los incendios, los procesos productivos para la línea alimentaria pueden ingresar en riesgo”.
El representante de Swisscontact comentó que cuando se presenta demasiada humareda en la atmósfera, la luminosidad del sol disminuye y junto a ello la capacidad de desarrollar y alcanzar tamaños óptimos de determinados productos del oriente. “Los granos del maíz no alcanzarán su tamaño normal en madurez y eso afectará al rendimiento de una producción agrícola”.
De acuerdo con datos de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT), los incendios forestales de este año suman 25.000 focos de calor en 1,5 millones de hectáreas, pero podrían afectar a alrededor de seis millones de hectáreas, equivalentes al seis por ciento del territorio nacional, y con ello superar el desastre de 2004, que registró 50.000 focos de calor en seis millones de hectáreas.
Según el representante de Lidema, en 2004, el impacto de esas quemas se presentó en la salud, pues en Santa Cruz, Pando y Beni incrementaron de manera alarmante las infecciones respiratorias, la conjuntivitis y las afecciones pulmonares. “No se pudo cuantificar los daños en salud, en economía, por los vuelos que no salieron, y en medio ambiente”.
La densa humareda ingresó a los cielos de Beni, Pando, Santa Cruz, Chuquisaca, Cochabamba, La Paz y Tarija, según un monitoreo que realizó Koch y, aunque aclaró que Swisscontact sólo tiene mediciones de contaminación en el eje troncal del país, afirmó que en Santa Cruz el nivel de contaminación de PM10 (pequeñas partículas) aumentó en 400 por ciento. “Lo normal es 30 en esa capital, pero actualmente tiene por encima de 140 PM10. Creo que debe pasar lo mismo en Beni y Pando”, destacó. Ése es otro aspecto importante, destacó, porque la combinación de esas partículas con vapores de hidrocarburos (emanados por los vehículos) es doblemente dañina, ya que ingresa al cuerpo humano y puede provocar incluso la muerte.
El Ministerio de Salud, a través de Pedro Medina, técnico responsable de Salud Ambiental, advirtió que los incendios forestales y los focos de calor pueden provocar que el mosquito Anófeles, portador de la enfermedad de la malaria, aparezca en zonas donde antes no existía. “El hantavirus, una enfermedad que transmiten las ratas, también podría brotar en las ciudades por la migración de estos animales a las urbes””.
Sin embargo, Medina reiteró que las enfermedades latentes como consecuencia de la humareda son la conjuntivitis (irritación de los ojos), las infecciones respiratorias y las alergias que incidirán con mayor intensidad.
En Cochabamba, Beni y Santa Cruz, los registros de personas afectadas por la conjuntivitis ya han aumentado en un 90 por ciento.
En ese sentido, la ministra de Salud, Nilda Heredia, aconsejó a través de la radio Erbol que en el oriente las personas deben usar lentes y barbijos para protegerse de esas enfermedades. El Gobierno, a más de un mes de presentarse el primer incendio, asegura que el país no está preparado para este tipo de emergencias, y por ello tramita la ayuda de aviones cisterna con Brasil y Argentina. La ministra de Medio Ambiente y Agua, María Udaeta, dijo que con Brasil solamente falta hacer el trámite formal.
Reabren seis aeropuertos
El jefe nacional de la División de Meteorología de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), Roberto Catacora, afirmó ayer que cinco aeródromos de Yacuiba, Villamontes, Rurrenabaque, El Trompillo y Reyes ya están navegables, después de que desde el pasado miércoles la densa humareda de los incendios forestales obligó a la inoperabilidad de 28 de ellos. “Con seguridad ya tendremos una mejoría sustancial entre el domingo y el lunes, el frente que venía se desvió al este, pero está entrando otro frente que está por Buenos Aires, esperamos que en unas 48 horas ingrese al país para poder limpiar definitivamente esta humareda”, informó Erbol.
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